Diversión

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Vagatha estuvo hablando con los demonios, ahora con confianza, sentía que al fin tenía a dos amigos que la comprendían, con los que podía estar cómoda.
En sus tiempos de extorcista no había mucho que le importara más que prepararse para cada exterminio, no sabía cuanto necesitaba conversar sanamente con alguien hasta ahora, no recordaba la última vez que habló con alguien sin sentirse incómoda o aterrada.

Todo iba bien, «Tal vez, en el infierno no todo sea tan malo» un par de insinuaciones de Angel hacia Husk, pero nada que no causará unas cuantas risas. Este momento le había dado un respiro de toda su espantosa vida y lo que tenía que soportar, aunque le preocupaba no volver a ver a los demonios una vez que se marchara.

─Veo que te divertiste conversando, ¿no es así?─ La voz inconfundible de la princesa hizo que la ángel diera un pequeño brinco antes de voltear a verla.─Te daré el gusto de despedirte, así que date prisa.─ Habló con un tono de seriedad poco común en ella, cómo si algo la hubiera puesto de mal humor.

Vagatha no tuvo más opción que decirles un apresurado "Adiós" a ambos demonios que la miraban preocupados, no hubo ningún "hasta luego" o "nos vemos pronto" ya que ninguno de ellos sabía si se volverían a encontrar para la próxima.
Quizá los demonios no le comentaron antes para no preocuparla, porque a fin de cuentas, si la princesa se aburría y quería deshacerse de ella no había nada ni nadie que le impidiera hacerlo. Solo la observaron irse con una mirada triste, regresando al mismo abismo de sufrimiento del cual había salido por unos pequeños momentos.

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La ángel caminó rápidamente hacia la salida del club, encontrándose con la princesa en la puerta, ambas subieron a la limusina, el ambiente se tornó tenso y, aunque ambas esperaban que el camino de regreso fuera tan silencioso como el de ida, Vagatha quería calmar la inquietud de su mente. ─Al parecer no eres tan lista como pensaba, tuviste demasiada confianza dejándome ahí sola, pude haber escapado, ¿sabes?Soltó rompiendo el silencio y mirando expectante a la contraria.

Charlotte se sorprendió ante el comentario, el dia había sido algo complicado y tal vez esto fue la gota que derramó su pequeño vaso de paciencia. ─¿Y lo hiciste?─ Mantenía un tono serio pero sonreía ─Dime, ¿a dónde irías? ¿Al cielo? ¿Donde seguramente te matarán si te vuelven a ver?─ Se acercó a la ángel ─Estás en el infierno, aquí no podrás esconderte de mí, no puedes escapar, no tienes salida, no puedes pedir ayuda, no tienes nada, no tienes a nadie más que a mí.

Tal vez se equivocaba, tal vez ahora ya no estaba sola, pero tenía razón en todo lo demás, nadie podría ayudarla, no había nadie en el infierno que pudiera sacarla de ahí, no había nadie que viniera a salvarla.
«Quizá esto sea lo que merezco después de las atrocidades que cometí, apesar de haber sido obligada, nada hará que todo el sufrimiento que cause desaparezca» bajó la mirada y permaneció en silencio el resto del viaje.

Llegando a la mansión que ninguna de las dos llamaría hogar, cada una se fue a su habitación sin mirarse o dirigirse la palabra.

Vagatha se cambió, después de todo la muy considerada princesa le había dado un clóset entero de ropa para ponerse, además de conservar el uniforme y armadura que tenía puesto el día que todo esto comenzó, tal vez como un pequeño recuerdo para que no olvidará lo que era, o lo que fué. Se acostó, pero no pudo dormir, apesar de que en su mente ya no estaban solo recuerdos de masacres o humillaciones si no que también había recuerdos agradables de una parte de este día donde conversaba y reía, o de aquella noche dónde los pequeños dragones la abrazaban para dormir, un par de recuerdos bonitos no bastaban para olvidar el resto.

𝙰𝚃𝙰𝙳𝙰 ┇𝖈𝖍𝖆𝖌𝖌𝖎𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora