En un giro inesperado del destino, Cc Walker se ve convertida en vampiro sin la guía de un mentor, ya que su creador desaparece misteriosamente antes de poder enseñarle las reglas de su nueva existencia. Abandonada a suerte en un mundo nocturno y pl...
—Cc, tengo un lugar al que ir—. Hablé con un poco de seriedad viendo a la chica sentada en el sofá mirando un partido de fútbol.
—¿A dónde vas?—. Me preguntó frunciendo el ceño.
—Tengo asustos que resolver, te veré pronto—. Murmuré acercándome un poco a ella para pasar mi pulgar por su barbilla.
Cc solo me dió una sonrisa para luego voltear a ver su partido. Aún no entiendo porque la dejé vivir en este departamento, una parte de mi lo entendía ya que era nueva y no tenía en dónde "vivir" sin levantar sospechas. Tampoco la dejaría vivir en la pocilga que Ajax llama departamento y en la casa de Yoko, sería imposible en cuanto llegue Divina para tener su desenfrenada noches de sexo.
Aunque... Es algo que yo también necesito pero estos últimos días en que he intento tener algo pasional con un hombre o mujer... Simplemente no puedo y me viene a la mente los ojos azules de Cc.
—Vamos, Xavier, tenemos cosas que resolver—. Hablé en cuanto salí del departamento, colocándome unos lentes negros.
—Como desee princesa—. Aseguró el hombre castaño caminando rápidamente a mi lado.
Fuimos directamente a uno de los coches deportivos que tenía ahí, deje que Xavier tomara asiento en el lado del piloto, hoy no tenía ganas de conducir y mucho menos con este infernal calor que hay en el atardecer el día de hoy. Debería irme a Alaska o aún ugar más frío, claro que el clima no nos afecta pero es bastante molesto.
—Princesa, sus padres han llamado preguntado por usted, quieren el informe sobre la muerte de Oliver—. Comentó Xavier haciendo que lo volteara a ver.
—Se los mandaré más tarde, si a mi padre le preocupa tanto, ¿Por qué no viene a resolver sus tonterías él? Y Xavier, no quiero que nadie mencione el detalle sobre Cc Walker—. Informé con seriedad mirándolo fijamente.
—¿Por qué... Por qué la proteje, princesa? Usted nunca había hecho algo así—.
—Es algo que no te compete, seremos amigos Xavier pero sabes muy bien que no contaré todos mis secretos—.
El ya no dijo nada y solo asintió con la cabeza, si, podrá ser parte de mi pequeño grupo que concidero amigos pero aún debo mantener cierto orden y el que sean considerados mis amigos no les da derecho a saber todo lo que planeo y lo saben bien aunque suelen olvidarlo de vez en cuando.
Xavier manejo por más de media hora hasta que por fin llegamos a la catedral. Hoy visitaría a cierto padre que pensó que podía acabar conmigo en cuando pise está tierra, fue molesto y divertido pero ahora lo hecho mi súbdito aunque parece molestarlo bastante.
Baje del automóvil en cuanto llegamos, subí las mangas de mi suéter negro hasta el codo y comencé a caminar hacia la catedral, deteniéndome brevemente para mirar el recinto, debo admitir que es bastante grande y lujoso.
Los religiosos son tan hipócritas.
Negué con la cabeza y seguí mi camino, podía escuchar los susurros de los rezos de algunas personas que estaban en los bancos de madera, mire a mi alrededor notando el altar con las imagines religiosas pero eso no me interesaba. Seguí buscando hasta encontrar al padre cruzado de brazos, sentado en una banca con su hábito negro mirando hacia el altar.
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