En un giro inesperado del destino, Cc Walker se ve convertida en vampiro sin la guía de un mentor, ya que su creador desaparece misteriosamente antes de poder enseñarle las reglas de su nueva existencia. Abandonada a suerte en un mundo nocturno y pl...
Tomé una respiración profunda aunque innecesaria en el momento que termine de colocarme mis convers blancos. Sabía que a dónde sea que Cairo me quería llevar era importante pero en mi cabeza no dejo de pensar en dos cosas.
La primera es... ¡¿Cómo mis padres puedes escoger quedarse mientras están en peligro?! ¡¿En qué demonios piensan?! ¿A caso no importa lo que piense Wyatt o la seguridad de Miles?. Aún recuerdo claramente la pelea que tuve de nuevo con mamá, algo bastante común en estos últimos años mientras que mi padre se queda la mayoría de las veces al margen.
Entiendo que fue difícil para ellos todo lo que pasó desde el momento en que desaparecí y morí de cierta manera pero eso... Al hecho de no querer irse aún lugar seguro me sobre pasa de una manera sublime, ¡¿Qué se sucede con mis dos progenitores?! Algo realmente debe estar mal con ellos tomando en cuenta que después del desmayo de mi padre, se tomaron con calma el hecho de que su hija ya no es su hija.
Nunca había visto a padres como los míos, los cuales aseguraban que estaba todo bien y que no les importaba lo que yo fuera ya que solo desean que este bien y viva.
Y la segunda razón es que... Extraño jugar fútbol, esa es mi pasión y me he mantenido alejada de ella por mucho tiempo y eso hace que duele en lo profundo de mi alma... Bueno, si es que aún tengo un alma en mi interior.
—¿Qué es en lo que tanto piensas?—. Preguntó esa voz que alborota todo mi cuerpo.
—En muchas cosas—. Dije con una leve mueca para girar todo mi cuerpo y mirarla.
—Bien, dependerá de ti si quieres compartir tus dilemas conmigo o no, de cualquier manera debo mencionar que te ves preciosa, Mira puella es—. Comentó con una sonrisa seductora dando un paso hacia a mi.
—Cairo, no habló latín—. Dije con simpleza alzando mi ceja derecha.
—Solo dije que eres una chica maravillosa—.
—Gracias, ya lo sé... ¿Crees que este atuendo queda bien para el lugar al que me llevarás?—. Pregunté ajustando mi chaqueta negra.
—Si, bien podría usar esa corbata roja para otra cosa—. Se burló y yo sonreí en su dirección.
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Yo había escogió usar un atuendo más... Holgado por decirlo así, ya que me coloqué unos jeans negros ajustados, una camisa de vestir blanca junto con una chaqueta negra que me queda una talla más grande junto con aquella corbata haciendo un atuendo muy genial.
—¿Y para que usarías la corbata?—. Pregunté con un tono más ronco acercándome a ella y colocando mis manos en sus hombros.
—Para amarrarte a mi cama—. Susurró jalándome aún más por la cintura con ese tono seductor.
—¿Y qué me harías?—.
—Más bien la pregunta que debes hacer es: "¿Qué no haría?"—.
