Parte 12

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Katara estaba ataviada con uno de sus mejores vestidos, tenía una corona del Polo Sur, estaba sentada junto a su padre y varios de los mandatarios de su País, todos con sus mejores galas, pocas ocasiones se veía a su padre con corona y su traje de rey, realmente imponía.

Podía ver a su hermano del otro lado de la sala, en esta ocasión representaba al Polo Norte, estaba rodeado de personas de la nación que lo había adoptado como su príncipe.

A su izquierda se encontraban los de la Nación del Fuego y frente a ellos el Reino Tierra, al rey se le veía muy sonriente junto a su esposa Azula, su futura cuñada, tenía fama de ser malvada y él un ángel, vaya combinación.

Las grandes puertas del palacio se abrieron y entraron los nómadas aire, todos tenían sus ropas de galas y sonreían, Gyatso iba adelante, se detuvieron al frente, los presentes se levantaron, Aang dio un paso delante de todos, a Katara le dio un vuelco al corazón, se veía tan guapo.

-A todos los presentes, bienvenidos a una nueva era, estamos juntas las cuatro naciones, los nómadas al aire nos sentimos contentos de ser anfitriones de esta ceremonia. A las naciones, gobiernos, al mundo, les presentamos al maestro de los cuatro elementos, a quién gobernará Ciudad República, a quién mantendrá la paz y armonía. Les presento al avatar, al avatar Aang.

Vitores, gritos, silbidos, aplausos se escucharon por todo el lugar, Katara aplaudió con gusto, le causaba ternura la incomodidad de Aang, el tan atrevido chico con el que se veía todas las noches sin falta en el techo de su casa, aquel que en varias ocasiones estuvo a punto de quitarle las bragas y que se había dedicado a estudiar con ganas sus labios y los pechos, ahora estaba ataviado con grandes prendas, lo recibía todo el mundo como la esperanza y el ser más poderoso del mundo.

Había música, baile, comida y copas, muchas copas. Katara se acercó junto a su padre y el séquito del Polo Sur a saludar al Avatar. Aang se encontraba sentado en un trono elegante, de ahí dirigiría Ciudad República, a su lado en una silla más modesta se estaba Gyatso. Al verlos, se levantó e hizo una pequeña reverencia, todos le siguieron.

-Avatar Aang, es un placer saludarle en nombre del Polo Sur, nuestra amistad siempre estará para usted,- habló el rey Hakoda por todos.

-Encantado de contar con su amistad,- sostenía la mano del rey, pero miraba fijamente a su hija.

Katara sabía que sus mejillas estaban teñidas de rojo, hizo una elegante reverencia y siguió a su padre en cuanto este se movió. ¿Qué pretendía con esas palabras?

Su padre le puso una copa de vino espumoso en sus manos.

-Es momento de componer esos colores,- le dijo en voz baja.

Atinó a asistir y a pensar en otra cosa, pronto se encontró bailando con algunos mandatarios del Polo Sur, el Polo Norte, el reino Tierra, para cuando se vio girando en los brazos de Zuko ya se había repuesto para lucir completamente encantada con su presencia, el príncipe estaba ataviado también con uno de sus mejores trajes y llevaba una corona que parecía una gran llama sobre su cabeza.

-Mira, algo así será nuestra boda,- le comentó en medio de un giro. Katara tuvo que echar mano de todo su autocontrol para mantener la sonrisa.

-Estoy segura de que nuestros padres querrán organizar algo más grande.

-Tienes razón y seguramente durará tres días.

-Al menos los pueblos se divertirán.

-Deberíamos dar de vacaciones una semana a las Naciones.

-Eso sería estupendo.

La siguiente pieza Zuko fue a bailar con su hermana y pronto Hakoda se acercó a ella.

-Me alegra verte más entera.

-Siempre lo he estado.

-¿Sabes?- sonrió a los demás como si estuvieran hablando del clima. -Tienes esa sonrisa boba como cuando tu hermano se lió con la chica Beifong.

-No sé de qué me hablas.

-No me engañas a mí, sólo a ti.

-Padre, por favor, no es el momento para charlas moralistas,- ya se estaba impacientando.

-Yo sólo quiero decirte que tu matrimonio y consumación serán muy públicos, no debes de perderlo de la cabeza.

-No lo olvido,- ya se había esfumado su buen humor.

-Y todo lo que tú hagas representa el honor del Polo Sur, eso tampoco debes olvidarlo.

-Te aseguro que siempre lo llevo presente.

-Eso espero.

Deberes y DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora