Parte 17

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Hakoda se puso furioso, amenazó con una guerra y reunió a toda la gente que tenía en Ciudad República, estaban todos en un salón cuando Katara interrumpió.

-¡BASTA!- les gritó a todos, estaba muy molesta. -Esta guerra es absurda, yo no quería casarme con Zuko, fui yo quien rompió el compromiso.

-Katara, tú no entiendes, te ha deshonrado al no cumplir su palabra,- su padre le hablaba como si fuera una niña.

-Claro que entiendo, sé perfectamente que quieres enviar a personas inocentes a morir por una causa injusta, fui yo quien quiso romper el compromiso.

-¿Por qué harías eso, hermanita?- Sokka la miraba interrogante.

-Porque no quiero casarme con alguien de quien no estoy enamorada,- miró a todos alrededor, -Si ustedes salen a pelear, yo me meteré a orar a un monasterio.

Todos la miraron asombrados, que una princesa entrara a un lugar así, implicaba la pérdida de muchas cosas, entre ellos, credibilidad en la Nación.

Hakoda se calmó y como símbolo de enojo, se regresó al Polo Sur, bien, pensó Katara al saber eso, ni siquiera se despidió de ella.

-No sé qué pasa contigo,-le dijo una mañana Sokka mientras desayunaban en casa Norte, Yue estaba preciosa contando algo y Katara contestaba de vez en cuando. -Primero no querías comer, luego estabas mejor y ahora parece que vuelves a tener poco apetito.

-¿Qué?- Katara miró su plato y sonrió, su sopa estaba casi intacta.

-No es bueno para el vientre no comer,- le comentó su cuñada. -Una futura madre debe estar bien nutrida.

-Tienen razón,- Katara le sonrió, ella le agradaba mucho. -Sólo que aún estoy preocupada por mi padre.

-No debes preocuparte, él se fue para controlarse.

-Lo sé, pero siento que está así por mi culpa.

-No es tu culpa no amar a Zuko, mereces estar con alguien por amor,- tomó la mano de su esposo por encima de la mesa, ambos se veían felices.

-Deberías visitar a Gyatso o a Aang,- sugirió su hermano.

-¿Por qué haría eso?- de nuevo estaba viendo su sopa.

-Cuando estuviste sola, ellos parecían buena compañía. Además, debes presentarte como regente del Polo Sur,- su hermano le estaba sonriendo.

-Sí, es verdad, tú estás representando a tu país, eso es más importante que nada,- le animó su cuñada.

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Y ahí estaba ella, ataviada con un elegante vestido entrando al castillo del avatar, la recibieron y pasaron a una salita donde pudiera encontrarse con él. Gyatso apareció por ahí, le saludó y pidió té para ambos.

-¿Cómo estás, querida princesa?

-Me encuentro mejor, gracias, mi alma está más tranquila.

-Sé te nota, aunque menos feliz que en otros tiempos.

-No todo es tranquilidad, es verdad.

-¿Cuál es el asunto a tratar con mi pupilo?

-Pues...-le costaba mentirle un poco al monje, -quiero hablar con él sobre un par de cosas, la más importante es que soy la regente actual del Polo Sur, es mi deber presentarme formalmente.

-Ya veo... ¿Algo más?

-Quería hablar de nuestra... amistad, la última vez que nos vimos no terminamos un asunto que me gustaría aclarar.

Deberes y DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora