Parte 8

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No salió de su habitación en todo el día, hasta que le avisaron que la cena estaba servida, se arregló con un vestido elegante, pidió que le hicieran un peinado alto y salió al comedor, les había prometido una cena y un baile, eso es lo que les daría.

Cuando entró al amplio comedor, Aang, quien era el único que estaba, se levantó e hizo una reverencia.

-Se ve preciosa, su alteza.

-Gracias, caballero,- hizo un elegante gesto con el brazo y procedió a tomar su lugar en la cabecera como anfitriona. -Siéntate a mi lado, Aang, así seré capaz de guiarte en la cena.

-¡Cuánta elegancia!- exclamó Gyatso al llegar.

-Quedamos de tener una cena y un baile, preparamos todo a la altura.

-Muchas gracias, princesa.

Katara movió una campana y entraron sirvientes con el primer plato, le sirvieron a cada uno una sopa y colocaron complementos alrededor.

-El primer plato suele ser sopa, crema o ensalada,- señaló los platos hablándole a Aang, -Debes utilizar la cuchara sopera, es esa,- apuntó al cubierto y procedieron a comer.

-¿Se acostumbra a hablar durante las cenas?

-Claro, ahí es donde más se habla, es importante hacer halagos hacia el anfitrión, ya sea la comida, decoración, organización.

-Me encanta los detalles de las flores, princesa Katara,- habló Gyatso dando un ejemplo.

-Me alegra que le guste, maestro Gyatso, uno de mis placeres es cultivar flores para la mesa,- miró a Aang y sonrió más al verlo tan atento. -Es bueno agradecer los halagos y hacer un comentario al respecto, sobre todo si ese comentario te eleva un poco.

-Entonces las cenas y bailes son para que el anfitrión quede bien,- los observaba atento.

-Sí,- al terminar la sopa les cambiaron los platillos, el cual consistía en pasta y algo que parecía ser filete.

-Disculpa, no como carne,- el monje menor parecía avergonzado.

-Nada de qué preocuparse, es sandía, pruébalo.

Ambos monjes cortaron con precaución el alimento y sonrieron con gusto al percibir su sabor.

-Está delicioso, gracias princesa,- volvió a alabar Gyatso.

-Es un placer consentir a mis invitados.

La cena siguió dando comentarios de Katara, Aang haciendo preguntas y Gyatso agregando comentarios de vez en cuando para ayudar. Cuando estaban terminando el postre, llenaron la copa de vino de la princesa por séptima vez.

-Ahora vamos con el brindis,- tomó su copa y los demás la imitaron. -Quiero ofrecer un brindis por la amistad entre culturas, he aprendido mucho de mis invitados en este par de días y espero aprender mucho más para llevar a mi nación por el buen camino,- volvió a dirigirse a Aang, -aquí todos levantamos las copas en señal de que estamos de acuerdo con lo que dijo quien brindó y debes de tomar un poco de vino.

Los tres tomaron el líquido de su copa, Katara casi lo terminó por completo, Gyatso dio un buen trago y Aang hizo una cara extraña que hizo reír a los otros dos.

-Entonces, ¿el brindis es por algo bonito?

-La mayoría de las ocasiones o por algo que pasará,- se encogió de hombros. -He recibido muchos brindis por mi matrimonio y aún no se lleva a cabo.

-¿En serio?- la morena asintió, -Wow, ¿puedo hacer un brindis?- la princesa le hizo una señal con la mano.

-Es bien visto que un caballero haga sus brindis de pie.

Deberes y DeseosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora