Una boda en San Valentín | Taekook ° Kooktae

Cinco: Atlantis

La invitación llego el fin de semana, aunque pasaron los días era algo que Taehyung no se podía sacar tan fácil de la mente, Jimin su mejor amigo se iba a casar, aquel que había sido su cómplice tantas veces que no podía contarlas, aquel con el que en algún momento sintió tener un pasajero flechazo, lo conocía de años, ya hora se casaba.

Taehyung estaba feliz, por supuesto que sí, su corazón casi saltaba de su pecho cuando termino de leer esa carta que le había mandado Jimin, cada que veía la invitación, las letras doradas resaltaba el nombre de ambos.

Tenía tantas cosas que preguntarle, aunque de alguna manera seguía evitándolo, postergando esa llamada que le había prometido a Jimin, su primera excusa fue la diferencia de horario, él estaba en Canadá y Jimin en alguna parte de Italia, pese a que la diferencia horaria solo era seis horas.

Respondió la llamada una noche luego de regresar de su trabajo en el restaurante, Jungkook se había ido a dormir a acostar apenas lo vio entrar a la casa, siempre lo esperaba hasta que regresaba del trabajo, Taehyung se refugió en el cuarto de arte, donde solía hacer sus trabajos, por lo que cientos de cosas estás regadas en el suelo, entre restos de mármol , pintura, y pinceles que había usado la noche anterior.

Pone el teléfono en altavoz, da un largo suspiro antes de hablar.

—Bueno — no escucho sonido al inicio, pensó que habría cortado la llamada—. ¿Jimin?

Un fuerte sonido aparece al otro lado antes de escuchar su voz.

—Taehyung tienes que venir — le dice como inicio—. No puedes decirme que no.

—Nunca dije que no iría — le respondió.

—También tienes que aceptar ser mi padrino de bodas — le advirtió en el mismo tono que antes, uno de advertencia, casi podía imaginarlo frente a él, abriendo los ojos, intentando lucir imponente—.¿Taehyung?

Él se quedó en silencio, esperando realmente nada, mientras al otro lado Jimin esperaba impaciente una respuesta, siente como una corriente helada le atraviesa el cuerpo dejándolo inmóvil, luego siente que va en caída libre.

—¿Eso es posible?

Jimin suelta aire al otro lado, tan alto que puede escucharlo a través del altavoz.

—Eres la única persona en la que podría pensar para esto — le reclama, Taehyung se queda en silencio—. mejor dicho, eres la única persona que conozco de casi media vida en la que podría pensar para esto.

Taehyung lo sabe a la perfección, y lo está usando para que acepte.

—Yo... escuche que debe ser alguien...

—Nada de cosas tradicionales — reprocho—. Piénsalo un poco más si quieres, pero por favor considéralo.

Cuando se mudó a Canadá para alejarse de toda su vida en Corea, de su familia, y sobre todo de su padre, Jimin lo hizo solo unas semanas después, su primer destino fue Estado Unidos, pero tal vez no iba mucho con el estilo de vida que Jimin quería, o solo no se acoplo, luego intento en España unos meses, hasta que por fin termino en la Capital de Italia, así que si, Taehyung al menos tenía a su hermano mayor (Jin), Jimin no tenía a nadie.

—Lo hare — dice como impulso.

—¿Lo pensaras?

—No tonto, iré, seré tu padrino ... de ... bodas — dice lento entre pausas, un poco nervioso.

Al otro lado de la línea se escucha que está hablando con alguien, y puede intuir con quien es, solo lo conoce por palabras que Jimin ha usado para describirlo, es un chico que conoció en el metro de Italia a mitad de la noche cuando intentaba comprar un boleto de transporte, apenas entiende un poco de lo que estaba diciendo.