Diez : Confiar

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Una hora, cuarenta minutos, treinta y cinco segundos.

Es el tiempo que se tarda Taehyung en regresar de la casa de los tíos de Robin a su casa, se queda unos segundos más sentado en el asiento trasero cuando ella estaciona el auto, el trayecto ha estado silencioso, algo poco inusual entre ellos, la música solo ha estado de fondo, haciendo el trayecto menos pensado, tal vez solo sea porque no han dormido bien los últimos días y todavía es parte de la resaca de aquellas noches.

Se despide de Robin con un breve abrazo, apenas puede mirar a Jake, las cosas desde la noche de año nuevo han estado distanciados, más por causa de Taehyung, que decidido evitarlo lo más que podía, aunque se obligara a creer que solo se debía a aquel beso había sido por culpa del alcohol y que tal vez ni siquiera tenía importancia para Jake, como el ligero impacto que tuvo en él.

Camina hacia la entrada de la casa, tardo en buscar las llaves, una vez dentro Yeontan se escapa de sus brazos para correr por la casa, lo pierde de vista cuando se gira hacia el pasillo, cree que lo hace para ir rápido al baño, para él ha sido un viaje más largo, pero solo unos segundos después se encuentra con Jungkook, que ahora lo carga entre sus brazos, mantienen la mirada unos segundos.

Taehyung siente un dolor que se forma en su estómago y sube hasta su pecho, y se estanca en su garganta, lo ve apartar la mirada para deja a Yeontan en el suelo, el pobre parece no notar la tensión que hay entre ellos, una semana había pasado desde la ultima vez que habían hablado, y por supuesto que no estaba mentalizado para encontrarlo aquí.

Trata de ocultar con todo su ser las inmensas ganas de querer correr hacia él, porque aunque estuviera molesto había algo que lo hacía extrañarlo, pero ahora existía una barrera invisible enfrente, impidiéndole el paso.

—Ya llegaste — Jungkook es el primero que rompe el silencio.

—Si — responde el, con voz baja—, pensé que regresabas hasta la próxima semana.

—Adelante mi vuelo, llegue ayer por la tarde — Taehyung asiente en respuesta—.

¿Quieres comer algo?, pensaba en cocinar, traje algo que sé que te gustara.

—Acabo de comer — dice seco.

—Bien.

El silencio incomodo en entre ellos volvió a aparecer, Taehyung lo observo en silencio, viendo como su semblante se ve cansando, notando como un color más marcado está en sus ojeras.

—Estaré en mi estudio.

—Taehyung.

—Ahora tengo cosas que hacer, hablemos después.

No se detuvo a mirarlo, siguió caminando hasta su habitación, dejando sus cosas mientras intenta calmar su respiración errática que había aparecido.

En su estudio se paró frente al lienzo, su cabeza dolía, no tenía los ánimos para pintar, algo poco usual en él, siempre usaba sus pinturas para poder alejarse de todos sus problemas y aquella pintura seguía estancada en las mismas pinceladas de hace semanas, a este paso, no tendría lista la pintura para la boda de Jimin.

Uno de sus mayores miedos era esta frente a un lienzo y no poder pintar, justo ahora lo estaba experimentando, dejo rendido los pinceles, mientras de dejaba caer sobre el sillón de su estudio, tal vez ahora todo lo que pasaba en su vida no estaba no estaba suficientemente bien como para poder capturar en la pintura la imagen de una pareja, sobre todo cuando la mirada, y la escena con Jungkook aparecía en su mente.

Totalmente rendido bajo las escaleras, deteniéndose un segundo a mitad del camino escuchando el sonido de la alarma de la cocina se volvía cada vez más intenso conjugado, apresuro el paso, el humo estaba por toda la cocina, le hizo toser un par de veces hasta que logro apagar el horno, en su intento de sacar la comida quemada provoco una ligera quemadura en su mano, dejando caer el recipiente en el suelo y maldiciéndose en el acto.

Una boda en San Valentín  | Taekook ° KooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora