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—¿Qué es eso? —preguntó la joven de cabellos negros a su amiga, quien se vestía. Regina intentó mirarse donde le señalaba la mujer; se acercó a uno de los espejos y mirarse mejor. Se espantó al ver un símbolo muy característico, era la marca de los proxy's.
—Na-nada —dijo mientras terminaba de ponerse la camisa—. Oye, ¿crees que puedas acercarme al estudio?
—Claro, pero, ¿segura que estás bien?, te ves pálida —ella intentó acercársele, pero la otra lo evitó.
—Estoy bien, solo algo cansada.
—Eso me preguntaba, ¿qué rayos has estado haciendo? Nadie sabe de tu paradero más que yo y eso porque viniste ayer a mi casa sin ninguna razón. ¿Sabes lo preocupados que están tu hermana y Dylan?
—Lo entiendo —dijo más fuerte, al darse cuenta de la sorpresa en el rostro de su amiga se arrepintió, pero no podía retroceder—. Pero yo... —se acercó a la otra mujer para tomarla de las manos, la de cabello negro podía sentir su temor, estaba temblando—. No puedo decírtelo... No pido que me comprendan, solo paciencia, puedo pedirles, si todo sale bien —intentó reírse, más no le salía—, prometo invitarlos a cenar esta noche, ¿de acuerdo? —su amiga estaba dudando, quería saber lo que ocurría, pero al ver los ojos de su amiga se dio por vencida, nada la haría cambiar. Intentó darle una sonrisa de apoyo y con ello el fin de la charla.
Cuando estuvieron listas, bajaron hasta el estacionamiento y subirse al automóvil de su amiga. Regina vigilaba por los lados, cuando se detuvo, saco rápidamente una pluma y un pedazo de hoja mal cortada, escribiendo en ella algo. Annie, su amiga, no podía ver lo que había escrito y aunque intentara sería peligroso mientras conducía.
Por fin habían llegado al despacho de Regina, acto seguido, la mencionada se bajó, pero antes de irse volvió a mirar a su amiga.
—Gracias por traerme.
—No tienes que agradecerme, solo... Ten cuidado, ¿de acuerdo? —le rogaba inconscientemente, estaba demasiado preocupada por su amiga y lo que le fuera a suceder, aquella noche había llegado con moretones y como si un auto la hubiera arrollado, sin embargo, Regina estaba sonriendo como siempre, pero no era solo eso, cuando salió a tomar agua, su amiga de cabello rubio se mantenía despierta, mirando por la ventana, sosteniendo con fuerza un cuchillo de cocina, como si algo o alguien la fuera a atacar—. No importa, vendré a recogerte, así que no te vayas a ningún lado y espérame hasta que te hable y no vas a evitarlo —le dijo muy seria, Regina solo le sonrió.
—De acuerdo, estaré esperando por ti. Suerte hoy. Adiós —y si más que pudieran decir ella se fue, dejando a su amiga sola.
—Hasta luego.
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Se sentía mareada, todo le daba vueltas y aunque trataba de moverse le era imposible. Escuchaba unas voces, pero le eran difíciles de entender lo que decían. Las voces habían cesado. La puerta se abrió y volvió a cerrar, se escuchaba como alguien arrastraba los pies o algo. El saco que llevaba sobre su cabeza le había sido retirado y con ello vio a un chico, con googles.
—Re-Regina, ¿verdad? —estaba asustada, por lo que comenzó a gritar, Toby se sintió estresado por los chillidos de aquella mujer, golpeándola, lo que dejaría aturdida a la chica—. T-te pregunté algo, responde —dijo más serio.
—Si, ¿y qué con eso? —podía suponer que era uno de los proxy's que buscaba junto a Dylan, más no era el principal sospecho. Tenía que recomponerse si quería salir de ahí viva, vaya que su muerte no se la imaginaba de ese modo.
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Creepypastas
FanfictionEs bien sabido que la actividad de contar historias de terror hace parte de la naturaleza humana, a veces como entretenimiento o incluso para dar lecciones a niños desobedientes. Creepypastas hay muchos, los cuales puedes encontrar en Internet que s...