𝖀𝖓𝖍𝖊𝖆𝖑𝖙𝖞 𝖔𝖇𝖘𝖊𝖘𝖘𝖎𝖔𝖓 [ticcimask]

K i p n a p p e d

5 de noviembre del 2016

»¿Cómo termine así?«

Era la única cuestión en la cabeza del joven castaño, no podía pensar en nada que no fuera eso o su madre, o básicamente cualquier cosa que involucrara su libertad, libertad que quién sabe si realmente volvería a recuperar algún día.

Aún seguía atado en el sótano, que estaba casi completamente oscuro, si no hubiera una pequeña mini ventana que dejara entrar algo de luz durante el día y permitiera saber si era de día o de noche, seguramente habría perdido la cordura antes de la primera hora.

Abrazaba sus piernas con lo que le quedaban de fuerzas, puesto que la noche anterior había intentado forcejear en contra del extraño que lo mantenía cautivo, aunque realmente solo se quedó en un miserable intento que seguramente dió bastante lastima, el no era nada contra ese hombre pesado y fuerte físicamente, pero aún así, quedó increíblemente agotado de ese intento de resistirse, hizo todo lo que pudo.

Evidentemente ninguno de sus esfuerzos fueron suficiente.

Levantó un poco la mirada mirando la pequeña bandeja con comida que había en ella, el mismo hombre la había dejado ahí hacía un rato, le había dicho algo de “recuperar fuerzas” y “comer bien” pero ni siquiera lo escucho bien, solo se quedó en una completa parálisis por el miedo desde el momento en el que entró esa misma mañana, eso ya había pasado hacía unas cuantas horas atrás, aunque no sabría decir cuántas exactamente.

Moría de ganas por comer, es cierto, sin embargo, nunca mientras siguiera cuerdo, tomaría ni un bocado de lo que aquel secuestrador le diera, así eso significaba tener que pasar hambre o incluso morir, era muy probable que, desde su punto delirante de vista, aquella comida tuviera algo, como drogas o veneno, tal vez como estricnina y arsénico.

Si, adivinaron bien, Toby está aterrado en todo el sentido y totalidad de la palabra.

Sabía que el extraño había salido ¿Porque?¿A dónde? Tampoco lo sabía, no es como que le importara, al contrario, la falta de su presencia lo hacía estar más tranquilo, aunque bueno, no demasiado teniendo en cuenta la situación en la que se encontraba, que si hacemos un repaso a su persona, podemos encontrar una fuerte claustrofobia.

Ya estaba más calmado con eso, es decir, este día y medio ya había tenido unos 3 o 4 ataques de pánico al respecto, lo cual lo había hecho “perder” el miedo al menos por ahora, aunque seguramente dentro de poco tendría otro a juzgar por cómo el pánico y la sensación de ahogamiento volvía a su mente, sin embargo, el trataba de ignorarlo, lo que al menos aplazaría el tiempo antes de su próximo ataque.

Después de un rato hundido entre la incertidumbre, el miedo y el hambre, sin prestar especial atención a su alrededor, al menos hasta que escuchó un crujido de una puerta y pasos junto a unos pesados pasos que se acercaban a él desde el piso de arriba, era fácil suponer de quién se trataba. Esto hizo que todos sus sentidos se alertaran casi al instante, haciéndolo temblar y sacudir hasta sus huesos por los nervios y el terror que invadió cada rincón de su pequeño cuerpo, eso solo podía significar una cosa; él había llegado.