Capítulo 10: Solo

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— ¿Zeref? — Natsu quedó sorprendido al verlo, abriendo ampliamente los ojos. Una sonrisa se formó en su rostro y se acercó a su hermano contento — ¿Qué haces aquí?

— Vine a verte — Zeref le dio un abrazo fraternal a Natsu en la acera frente a la escuela. En cuanto se separaron, lo miró alegre — ¿Cómo te ha ido?

Natsu se encogió de hombros — Solo por acá. Nada nuevo.

Zeref asintió con la cabeza — Ya veo... ¿No te molesta eso?

— Pues... No es algo que yo pueda cambiar, ¿o si? — Respondió Natsu.

Su hermano mayor lo miró unos segundos, con expresión seria en los ojos. Entonces él suspiró pesadamente — Papá me contó lo que pasó... una chica te amenazó con denunciarte por acoso sexual si te acercabas a una amiga suya. Lucy, ¿cierto?

Natsu se sorprendió por eso. Entonces soltó un suspiro — Bueno, si. Así es... ¿Y qué?

— ¿Cómo qué y qué?

— ¿Qué puedo hacer yo al respecto?

— Debes defenderte Natsu.

— ¿Cómo? — Cuestionó Natsu — Si me acerco a Lucy, Erza me denunciara. Ahora, si logro hablar con Lucy sin que Erza se entere, ¿Realmente crees que me va a creer? Esas dos son muy amigas, no se va a tragar el cuento de que Erza me denunció falsamente. Además... mi reputación no ayuda, ¿sabes? La gente ya asume que soy un violento. No les costaría creer que soy un acosador... — El pelirrosa agachó la cabeza, desmotivado.

Zeref lo miró con desaprobación — El problema es que tu te rindes muy fácilmente.

Natsu lo miró extrañado — ¿Qué?

— Estás dejando que te hagan todas esas cosas sin hacer nada al respecto.

Esas palabras indignaron a Natsu — ¿Y qué puedo hacer yo? ¿Ah? ¿Qué putas puedo hacer? Los profesores aman a Erza, todos en el salon adoran a Lucy, mi reputación está por los suelos desde hace años, ¿Qué puedo hacer yo, Zeref? ¿QUÉ PUTAS PUEDO HACER? ¿EH?

Zeref se dio cuenta de su imprudencia — Oe, Natsu, calmate, no tomé en cuenta que...

— ¿¡ENTONCES POR QUÉ HABLAS!? ¿¡POR QUÉ PUTAS TE METES EN MI VIDA Y ME DICES QUE SOY UN PERDEDOR SIN SABER NADA!?

Zeref se sintió sumamente avergonzado — Lo siento, Natsu.

Natsu lo miró con ira — ¿Tu en serio crees que si yo pudiera defenderme, no lo haría?

El pelinegro negó con la cabeza.

— Esto no es una pelea, Zeref. Me tienen maniatado y no hay absolutamente nada, NADA, que yo pueda hacer... pero eso no significa que no quiera...

Aquellas palabras hicieron que Zeref alzara la mirada con curiosidad. El tono de voz de Natsu había cambiado. Ya no hablaba con frustración, con ira o con odio contra el mundo, sino que hablaba con dolor.

— Por supuesto que me gustaría tener amigos... Quisiera seguir hablando con Lisanna y con Lucy... quisiera tener una vida más interesante... Pero no hay nada que yo pueda hacer al respecto, ¿o si? Solamente puedo seguir adelante, como siempre lo he hecho. Es lo único que me queda.

— ... No.

— ¿No? — Natsu miró a Zeref confundido — ¿No qué?

Zeref lo miró con motivación — No es demasiado tarde...

— ¿A qué te refieres? En dos años terminaré la escuela.

— Si, pero no todo tiene que ser en la escuela, Natsu... — Zeref sonrió — Estos meses que estuve entrenando fuera, me enteré de un lugar que te podría gustar bastante. Un lugar donde podrás comenzar desde cero... conocer nuevas personas y hacer amigos... quién sabe, quizá hasta una novia.

Cuando nadie veDonde viven las historias. Descúbrelo ahora