Capítulo 17: Ronroneo

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Lucy se fijó por la mirilla de la puerta para ver mejor quienes estaban ahí. Aparte de Erza, detrás de ella estaban parados Levy, Lisanna, Loke y Jellal. Todos estaban ahí parados, esperando pacientemente a que se abriera la puerta.

— ¿Será que no está? — Sugirió Lisanna, viendo que la puerta no se abría.

Erza negó con la cabeza — Las luces de la casa están prendidas. Además, ¿donde podría estar Lucy sí no es en su casa? Siempre que sale es con nosotros.

Escuchar la conversación hizo que la rubia se pusiese nerviosa. "¿Qué hago ahora? No puedo echarlas de aquí, si lo hago van a comenzar a sospechar que les estoy ocultando algo. Pero tampoco puedo dejarlas pasar así nomás, van a encontrarse con Natsu si lo hacen."

Entonces fue que se le ocurrió una idea. Lucy corrió de vuelta hacia la sala, donde se encontró con Natsu. Él la miró con curiosidad. Estuvo a punto de hacerle una pregunta, pero ella le tomó la delantera y rápidamente, le dijo — ¡Corre, al segundo piso!

— ¿Qué? — Él quedó descolocado — ¿Y por qué? ¿Quienes son?

— Erza y las demás. — Se apresuró a explicar Lucy — No podemos dejar que te vean, escóndete en el segundo piso. ¡En la bañera! Detrás de las cortinas del baño del segundo piso. No las dejaré subir.

Natsu asintió con la cabeza — Okay... okay... comprendo. ¿Y qué hay de Happy? — Le preguntó él, señalando al gato azul que estaba recostado en sus pies.

— Llevatelo también. ¡Ahora, corre! — Le dijo Lucy.

Natsu de inmediato se puso de pie y corrió al segundo piso de la casa, subiendo las escaleras tan rápido como pudo con Happy entre sus brazos. Por su parte, Lucy apagó el televisor para que sus amigas no se dieran cuenta de qué estaban viendo. No se molestó en quitar la comida que había en la mesa de la sala, pues eso tomaría demasiado tiempo y Erza había timbrado una tercera vez, se estaba impacientando.

Lucy se dio media vuelta y corrió a la puerta de nuevo. Una vez allí, respiró profundamente, se calmó, y abrió la puerta a sus amigos.

— Oh, ¡Hola! ¿Donde...

— ¿Por qué tardaste tanto en abrir? — La interrumpió Erza en un tono hostil, mirándola con visible molestia en el rostro.

Lucy se rascó la nuca nerviosa — Es que estaba en el baño...

Aquello hizo que Levy soltara una risita burlesca. Por su parte, Erza rodó los ojos y también dejó salir unas risas — Está bien, no te preocupes.

Tras decir eso, Erza pasó de Lucy y entró a la gran casa, seguida por Levy, Jellal y Loke, los cuales caminaban como si estuvieran en su hogar.

— Hola, Lucy. — La saludó Lisanna con una sonrisa antes de entrar, a lo que Lucy le devolvió el saludo sonriente. Tras eso, ella también entró y Lucy finalmente cerró la puerta de la mansión.

Por otra parte, Erza continuó caminando por los pasillos junto a sus amigos, a lo que Lucy tuvo que caminar apresuradamente detrás de ellos.

— ¿Y, para qué vinieron? — Les preguntó Lucy, tratando de adelantarlos.

— Estabamos aburridas, por eso vinimos a verte. — Contestó Levy como si nada.

Lucy se irritó, pero no dijo nada. No era la primera vez que sus amigas la visitaban de improvisto y generalmente eso a ella no le molestaba. Al contrario, le gustaba. Pero en esta ocasión era distinto. Continuaron caminando hasta llegar a la sala de la casa, donde sus amigos se sorprendieron al ver la gran cantidad de comida que había en la mesita central. Crispetas, papas, nachos, bebidas y demás.

Cuando nadie veDonde viven las historias. Descúbrelo ahora