La hija de Diego Hargreeves - The umbrella academy

Cap 22

•°•3 AÑOS ATRAS•°•

Los ataques de pánico que tenía su sobrina eran cada vez más fuertes y si a eso le sumamos que el poder que tiene no lo sabe controlar, complica más las cosas.

Daría lo que fuera por seguir con vida y poder ayudar a su hermano. Ver como él y Eudora sufrían en silencio por toda la presión y culpa que sentían por no poder hacer algo más para ayudar a su hija.

El cansancio mental y físico de ambos se notaba a lo lejos.

Elizabeth se despertó asustada por las pesadillas. Todo su pequeño cuerpo temblaba sin intenciones de parar.

Irónicamente Ben estaba ahí. Estaba harto de ver cómo Klaus se hundía cada vez más en las drogas y prefería visitar a sus hermanos a pesar de que ellos no supieran que él estaba ahí.

Al escuchar los sollozos de su sobrina fue al cuarto. Observaba como esa atmósfera morada la cubria. Como si fuera un campo de fuerza evitando que alguien pudiera entrar y hacerle daño. Abrazaba sus piernas y escondía su rostro. Solo se escuchaban los sollozos y como suplicaba que la dejarán en paz.
   
Salió del cuarto y vio el resto de la casa sola. Solo estaba él.

Diego y Eudora habían salido, para aclarar unas cosas con el abogado sobre su separación dejando sola a su hija, confiando solamente en los sedantes que le inyectaban para que durmiera.

Entro de nuevo al cuarto.

La impotencia que sentía cada vez que la veía así era una mierda. No podía hacer nada, por más que lo quisiera.

O... tal vez sí pueda hacer algo.

Se acercó a ella indeciso y acercó una de sus manos al campo de energía traspasandolo hasta llegar con ella.

Sabía perfectamente que ella podía no verlo, pero quizá podría poseerla y así calmarla.

En tan solo un par de segundos había logrado entrar en ella.

Mentiría al decir que no sintio mareos al hacerlo, pero eso no lo detuvo.

Todo era obscuro. No había nada, solo una obscuridad que se extendía por todos lados. Escucho unos sollozos a lo lejos. Camino en dirección de aquel llanto encontrándose con una puerta.

En el centro de la puerta se encontraba el número ocho.

La abrió lentamente y frente a él estaba su primera sobrina.

De igual forma ella se protegía abrazando sus piernas y escondiendo su rostro.

Miro hacia atrás viendo la obscuridad. Devolvió su mirada a ella.

Tomo aire y entro al cuarto cerrando la puerta detrás suyo.

Se sentó frente a ella y tocó su hombro siendo lo más cuidadoso que podía.

—Dejame —dijo su sobrina entre sollozos —No me hagas nada.

—No voy a hacerte daño —hablo manteniendo un tono de voz tranquilo —Soy tu tío Ben. Soy hermano de tu papá.