Baby Shower

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Capitulo Cuatro.

5 de julio de 2014

La semana había pasado con demasiada rapidez como para darme cuenta. Entre el pequeño accidente con el camarógrafo, hablando con mis padres sobre si formar una querella, el constante bullying en las redes sociales, el descanso, el no estar trabajando y el quedarme en casa de Gabriel ya había llegado el día de mi "baby shower".

-Necesito regresar a mi apartamento –le digo a Gabriel mientras termino mi desayuno- Rachel dijo que hoy sería mi "baby shower" y necesito buscar algún vestido bonito para ponerme.

-Esta bien, te dejo en tu casa y te busco en la tarde –dijo mientras recogía los platos que habíamos utilizado.

-Muchas gracias –dije llegando hasta él y besando su mejilla.

-Elena algún día me dejaras coquetear contigo –murmuro, pretendiendo que no lo escuchara pero, lo hice.

-Claro quieres coquetear con una mujer embarazada, que fue dejada plantada en la iglesia delante de quinientos invitados incluyendo a la prensa –dije alterándome- ¡Ah, y para completar el combo si decides coquetear con ella recuerda que está esperando un hijo y no es tuyo!

Al verlo guardar silencio me dirigí a la salida de la cocina e intente tranquilizarme no debía alterarme, pero su voz me hizo detenerme.

-¿Cuántas veces quiere que te demuestre que el hecho de que estés esperando un bebé no interfiere en que quiera coquetear contigo incluso que quiera ser un padre para esa criatura? –preguntó llegando hasta mi lugar.

Sentí un balde de agua fría caer sobre mi.

-¿Por qué quieres ser el padre de un hijo que ni si quera es tuyo? ¿Por qué simplemente no puedes ir a coquetear con otra mujer y que no esté embarazada? –respire hondo, sentía que mi corazón en cualquier momento iba a salir de mi pecho.

Intente tranquilizarme no debería de alterarme ni pasar malos ratos, no quería volver a exponer a mi bebé.

-No te has dado cuenta que con la única mujer que quiero coquetear es contigo, que quiero ser el padre para ese niño, y no me importa que él no sea mi hijo de sangre –murmuro, abrazándome por la cintura-. Padre no es el que engendra, es el que cría.

-Hablaremos de esto después –dije mientras sentía mi cuerpo relajarse por su cercanía-. Hoy es un buen día, no quiero discutir contigo.

Deshizo el abrazo para luego arrodillarse frente a mi barriga.

-Hola bebé –susurro-, quiero que sepas que quiero a tu mami mucho, y quiero ser a quien veas como un padre. No sé como será esto, me asusta, pero tu mami no me quiere, deberías de ayudarme a que ella quiera estar conmigo para yo poder estar con ustedes. –dijo y luego deposito un pequeño beso en mi vientre- ¿Se acaba de mover? –pregunto abriendo los ojos como platos.

Reí al verlo, parecía estar a punto de entrar en una crisis nerviosa o incluso de desmayarse.

-Sí, se ha movido cuando me distes el beso.

Sonrió y miro con fascinación mi vientre.

-Peque pensé que nunca ibas a crecer, y hacer parecer a tu mami una embarazada –volvió a hablarle- puedes moverte para mi una vez más –dijo mientras volvía a depositar otro beso-.

Mi bebé sorprendentemente le hizo caso y se volvió a mover. Me miro con una sonrisa, incluso sus ojos brillaban.

-¿No te duele? Eso parece como si doliera –preguntó una vez estaba de pie.

Venganza de la noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora