CAPITULO 10

66 8 1
                                    

Miré al hombre con los ojos muy abiertos. ¿Acababa de oír la palabra «Mate» de él o era sólo mi imaginación? No podía comprender lo que este hombre quería de mí, pero tampoco sabía por qué me sentía atraída hacia él. Después de rechazar a Avan, en estos dos años nunca he tenido ningún tipo de fantasía con otro hombre.

Snow Moon también tiene muchos hombres guapos que aún no han encontrado a su pareja, pero nunca había sentido este tipo de sentimiento. ¿Cómo es que este hombre que tengo delante es extremadamente atractivo? Sacudí la cabeza, no, no puede ser verdad. Nunca oí de ningún lobo que tuviera dos parejas en una vida.

Cómo podía la Diosa Luna jugar así con mi destino. Y por el hecho, este hombre frente a mí parece peligroso. Incluso el aire a su alrededor se siente apretado, haciéndome sofocar. Coloqué mi mano en su duro pecho y lo empujé lejos de mí.

Sería mejor permanecer a kilómetros de distancia de él. Su embriagador aroma entumeció mi cuerpo y mi mente dejó de funcionar. Este hombre es claramente tóxico para mi salud.

—¿Quién es tu Mate? —Pregunte. El enarco una ceja como si fuese obvio. —Yo no soy tu Mate —Lo fulminé con la mirada. Pero eso no lo enfado, todo lo contrario, una sonrisa juguetona se pintó en sus labios.

—Puedes negarlo todo lo que quieras. —Peino los mechones de pelo aceitunados que caían sobre su frente hacia atrás, sin embargo, estos volvieron a caer atractivamente sobre su rostro. —Pero no podrás hacerlo por mucho tiempo. —¿Qué significa eso? ¿Me toma por estúpida?

—¿Dónde estoy? ¿Y qué hago aquí? —Pregunté, ignorando su comentario.

Tengo que irme pronto de aquí. Mamá y papá deben estar ansiosos después de saber que me he ido de arrepentido. Pero al mirar a mi alrededor, todo lo que pude ver eran los lujosos muebles que rodeaban la habitación. Realmente me pregunto cuánto costaría sólo decorar esta habitación.

—¿Te gusta la habitación? —Le oí preguntar.

Mi cabeza se giró inmediatamente hacia él. Seguía con esa sonrisa molesta en la cara. Pero él, él se ve condenadamente sexy con esa actitud.

—Es tan sexy —Red ronroneó de repente.

—Cállate —maldije dentro de mi cabeza.

—Pero es sexy. —No me molesté en responder y la bloqueé inmediatamente.

¿En qué me he metido? Si no hubiera decidido ir al bosque tal vez todavía estaría en casa.

—¿Dónde estoy? Quiero ir a casa. —Exigí bloqueando todos mis pensamientos.

—¿A casa? Esta es tu casa a partir de ahora. —respondió con indiferencia.

—Permíteme recordarte que estoy secuestrada aquí. —Lo mire con dureza —Tú me has secuestrado. —le espeté.

—¿Oh, enserio? —Se dio la vuelta y se quitó la capa de piel negra.

Al principio no entendí, pero luego casi se me cae la mandíbula al suelo cuando vi que se quitaba la camisa... ¡Joder!

Fue lo primero que me vino a la mente. Aquellos músculos apretados, los hombros anchos y la forma lineal de su espalda. De repente sentí que se me calentaba todo el cuerpo. ¿Cómo es que su cuerpo me pone caliente? ¿Desde cuándo pierdo así el control sexual? Me mordí los labios y evité mirar su delicioso cuerpo.

—¿Qué crees que estás haciendo? —Le pregunté.

—¿No es obvio, preciosa? Me estoy quitando la ropa. —respondió despreocupado.

ONYX: Eres solamente "Mía" -MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora