CAPITULO 1

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Lunes 8 de abril del 2024...

Es sorprendente cuánto puede pasar en 10 años y aún me sigo preguntando que es lo que hice mal. Es triste pensar en las situaciones en las que pude mejorar pero, no se me dió la oportunidad. A veces eh pensado en poder escapar y salir de esta lugar, pero en cuanto veo la seguridad que hay y aquellos que creen poder curar, mis energías se vuelven obseletas.

El año 2014 fue de mis últimos días que pude ver la vida con mayor claridad y también, el que me atrajo hasta aquí. Ni siquiera recuerdo cómo era de niña, mucho menos familia y dudo que haya tenido buenos amigos a esa edad. Mis platos favoritos y mis colores, se han ido. Siento como mi cerebro comprime mis pensamientos y esas asquerosas pastillas, reprimen mis emociones. Varias heridas que cubren mi cara y cuerpo, cicatrices incapaces de borrarse.

No recuerdo mi nombre, ni siquiera mi edad, he perdido totalmente conocimiento de mi persona, parece que ni siquiera se quien soy.... Más bien, he perdido la lucidez que era lo último que podía apreciar de mi. Los días pasan lentos, siento como cada célula de mi cuerpo muere y nadie hace nada para salvarme de mi trágica y predecible muerte. Todo el mundo es registrado con los llamados datos personales y una fecha de nacimiento, es raro que no haya registro de que yo nací.

En este mundo, no existo. Nadie sabe mi orígen ó si tuve traumas de mi infancia, Bala es mi nombre ó eso escuché de los doctores. Me pusieron así por varios factores, uno de ellos.... Por habilidades desconocidas.

Cada día es la misma rutina, vienen a checarnos a nuestras pequeñas celdas, síntomas que aún no entiendo. Trato de mantener la calma ó eso es lo que me dice la doctora Karina cada vez que entra a mi espacio.

──¿Cómo te encuentras Bala?──No puedo sonreír, las emociones me son reprimidas.──Ya hablamos acerca de responder a lo que se te pregunta.

Maldición. Odio no poder decir lo que siento, de expresar lo que quiero. Solo estoy ahí, como una roca.

──Sentiras un pequeño pinchazo.──Llegue a un tiempo de ya no sentir dolor.──Vas a mejorar, yo lo sé.

Pero miente muy bien.

──Mañana iremos a la sala UR y espero que cooperes con nosotros.──Toca mi cabeza con una leve palmada.──Y porfavor, alimentate bien mi niña.

La puerta de nuevo fue cerrada con llave, aún no entiendo por qué me siguen encerrando. La doctora Karina es buena conmigo pero simplemente, no puedo decir ni una palabra.

Se que hay un día de la semana que puedo salir con los demás a una habitación a poder jugar. Pero estos días, no los he visto, ni siquiera a mí amigo del 407. No sé que tanto tiempo ha pasado pero se que muy pronto lo volveré a ver ó eso espero. No hay luz en este cuarto, solo un pequeño foco, tampoco ventanas. Solo una cama individual cubierta son sábanas blancas y una almohada que se siente como una piedra.

Para no morir aquí, hay un amiguito que siempre viene a visitarme y aquí entre nos, le tengo mucha envidia. ¡Oh!, hablando de el, ahí viene corriendo como siempre a mis pies. Aún no entiendo por qué siempre huye cada vez que entra alguien a mi habitación.

Cheester es un pequeño ratón, que vive en una esquina de este cuarto feo. Adoro esas orejitas que siempre lleva consigo y su cola tan grande y delgada. Siempre guardo comida para el, no quiero perderlo, por qué es el único que me hace conservar mi poca humanidad.

BALA || IMAGINA CON JEON JUNGKOOK Donde viven las historias. Descúbrelo ahora