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Agradeciendole infinitamente en su mente a la camioneta porque no se detuvo en el trayecto a casa, la mujer apaga el vehículo el cual resopla exhausto en el estacionamiento de la casa de los pelirrojos.

Mientras sacan las maletas de la parte de atras junto con la gran mochila, la puerta de la gran casa se abre de forma inesperada y un tanto violenta.

-Porque llegan a esta hora de la noche?-

Regaña Vikingo con voz severa a los dos chicos y la mujer mientras jalan las maletas hacia la acera, los tres detienen sus charlas y risas al ver a los hombres que como es usual, lucen sumamente enojados.

"Porque disfrutamos de una linda cena y no nos dimos cuenta de la hora, calmate, no es para que te enojes."

La mujer se apresura a calmar al pelirrojo antes de despedir con un beso en la mejilla a Evan y entregarle en su mano las llaves de la destartalada camioneta.

"Pequeño, no dejes que te intimiden, si algo sucede, toca, no importa la hora, de acuerdo?"

"Sabes que cuentas conmigo."

Aconseja la mujer al chico quien asiente con una sonrisa pequeña en los labios.

"Te vere mañana?"

Nicole inquiere con voz melosa y preocupada, Evan le asegura que temprano se veran antes que los dos se despidan con un beso en la mejilla, un abrazo tierno y risitas nerviosas.

-Buenas noches-

Se despide Evan caminando hacia su casa, la mujer acribilla con la mirada a los dos panzones antes de amenazarlos.

"Si algo le sucede a Evan pueden decirle adios a su desayuno de mañana."

Tomando las dos maletas de su hija quien ya se ha colgado la mochila en sus hombros, las dos caminan hacia la puerta principal de su casa, la cual ya puede abrir porque la mujer recupero sus llaves del lugar donde las habia dejado en la casa vecina.

Tras asegurar la puerta, encender las luces y dejar acomodadas contra la pared las dos maletas que en verdad estan sumamente pesadas, la mujer se apresura a la puerta de cristal para mirar hacia la casa de dos pisos, su hija se le une.

"Estoy preocupada por el gigante amable."

La mujer reconforta a su hija abrazandola un momento antes de darle un beso en la mejilla para dirigirse a la cocina y poner a calentar agua para prepararse un rico y merecido café.

"Mami, tambien estoy preocupada por ti, no se como puedes enfrentarlos y peor aun, trabajar para ellos limpiando el basurero donde viven..."

La chica se sienta en la silla del comedor mientras habla, ella recibe un mensaje en su celular un mesaje de Evan, la chica lo contesta rapidamente sonriendo antes de volver a ver a su mama quien se sienta a su lado con su aromatica taza de cafe y un platito de galletas de chocolate.

"Y además lo haces grátis!"

La mujer ya sabia que su linda hija se sentiria inquieta por lo que despues de darle un sorbo pequeño ella deja la taza sobre la mesa para tomar la mano de su niña.

"Mi amor, no tienes nada de que angustiarte, desde que alquilé esta casa hace mas de dos años, supe que clase de vecinos tenía pues el dueño de la casa me advirtió de ellos, recuerdas?"

La chica asiente mientras toma una galleta y la muerde.

"Bueno, en ese entonces no le creí, así como tampoco pude creer que en seis meses esta bella casita con dos lindas habitaciones había sido alquilada antes por dos matrimonios y dos señoras mayores con su joven sobrina uno habían durado más de un mes viviendo aquí por culpa de los panzones."

Doble obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora