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Cerciorandose que Evan entre a su casa y cierre la puerta detras de él, madre e hija vuelven dentro de su casita, tras asegurar la puerta de entrada, Nicole toma la mano de su mama para llevarla a su habitacion, las dos se sientan en la cama antes que la chica pregunte.

"Mami, estas segura de querer continuar limpiando la casa de los gordos peludos?"

Cuestiona la chica entre preocupada y molesta con el tio y papá de Evan.

"Si es por nosotros no te preocupes, encontraremos la forma de vernos y estar juntos, mami no nos vimos por casi dos años, lo que sentimos no es pasajero ni un amor de verano, los dos..."

La chica deja de hablar porque de pronto se siente apenada por hablar de temas de amor con su mamá.

Y no es porque la chica no le tenga la suficiente confianza a su mamá, más bien no quiere que se sienta mal debido a que vivió un divorcio difícil de su padre de quien se enamoró a primera vista cuando fue adolescente y con quien ella creyó que viviría para siempre...

Y no fue así.

"Mi amor, me alegro que ustedes dos se quieran, son tan tiernos de verdad y adoro verlos juntos, Evan es tan lindo, considerado y respetuoso contigo, además he visto lo mucho que te quiere, lo mucho que se preocupa por ti."

"Cuando los dos se fueron de casa Evan me mandaba mensaje a veces y siempre me pedía que te saludara, siempre me decía que te recordaba con cariño y que esperaba verte de nuevo pronto."

Nicole se sonroja tras escuchar lo que dijo su mamá quien enlaza de forma amorosa sus manos con las de su hija.

"Mami, cuando ví por primera vez a Evan..."

La mujer sonríe emocionada porque sabía que el amor de los chicos fue amor a primera vista.

"Fue amor a primera vista, lo sé."

Confiesa la mamá de la chica antes de abrazarla.

"Mi amor, como les dije antes, esa casa necesita y merece ser limpiada con urgencia."

"Y los barrigones flojos no lo iban a hacer y sabemos que ningún servicio de limpieza los tolera por lo groseros que son, pero ya estoy acostumbrada a ellos, a sus malas formas e incluso a sus apodos."

"No creas que no los he escuchado llamarme de diferentes apodos antes, solo que ahora fueron muy ingeniosos."

La mujer se deja caer en la cama e invita a su niña a que haga lo mismo.

"Esos hombres no me interesan, no me importan y todo lo que digan me vale un reverendo pepino, así que dejemos de hablar de ellos que no valen la pena."

Pide la mujer quien bosteza antes de recostarse de lado izquierdo para mirar a su niña y sonreirle, la chica tambien sonríe, las dos cierran los ojos y el sueño se apodera de ellas.

No es hasta las cuatro de la mañana que la necesidad de ir al baño despierta a la mujer quien se levanta tratando de hacer el menor ruido y no mover la cama pues su niña esta profundamente dormida.

Despues de aliviar su vejiga, la mujer se mira al espejo del baño un momento.

"Elfo doméstico, esos dos son unos hijos de puta."

Maldice en su mente ella pues si bien los hombres la habían llamado vecina molesta, gritona mujer e incluso vieja chismosa, que le digan Elfo doméstico si le molesta.

Sobretodo porque se burlan de su estatura pues si bien mide poco más de un metro con sesenta centímetros, no es su culpa que los pelirrojos midan un metro con noventa o algo así.

Doble obsesión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora