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  Taehyung siempre fue un chico con mucho carisma, era lindo y él lo sabía perfectamente, tuvo muchas relaciones en el pasado, pero con ninguna llegó a nada serio, el castaño siempre sintió que la persona indicada llegaría a él, era fiel creyente del destino y sus jugadas. Por eso no se preocupaba por tener una pareja, además estaba muy tranquilo con su pequeño hermanito y su mejor amigo.

  El día en que conoció al azabache, sintió un extraño flechazo, no podía negarlo, el hombre era totalmente su tipo, y su atracción aumento cuando golpeó al bastardo de Choi. Taehyung sentía que por fin el destino le había puesto en su camino el hombre que él tanto quería, pero ese día en el club la realidad lo golpeó muy fuerte. Ver al azabache con una mujer lo hizo sentirse estúpido. Después de ese día no volvió a tener contacto con el chico, y sentía que era mejor así.

  Taehyung se encontraba sentado en la cocina revisando unas facturas de la clínica, fue en ese momento que un Hoseok sonrojado y con los labios hinchados llego. Taehyung no quiso preguntar lo obvio, solo se dedicó a sonreír con picardía. Esa noche Taehyung se quedó despierto hasta tarde. A la mañana siguiente, no hubo mucho trabajo en la clínica, un par de caninos adultos por su chequeo de rutina; era esos días en que Taehyung se sentaba en la sala de espera y escuchaba las historias de Irene y se reía de los chistes de Rose.

  En la tarde. Taehyung estaba comiendo unas galletas caseras ellas por Rose, Hoseok estaba ocupado en la oficina haciendo un pedido de medicinas.

   La campanilla de la puerta anunció la entrada de un cliente. Taehyung acomodo su bata y metió la galleta restante en su bolsillo antes de voltear y encontrarse con Jeon Jungkook mirándolo de manera impaciente.

  — ¿Podemos hablar un momento?.— Jungkook dirigía su mirada al castaño. Mientras Rose e Irene guardaban  silenció, confundidas sintiéndose ajenas espectadoras ante la escena.

  Kim también parecía sorprendido, pero la mirada de impaciencia del azabache lo hizo pensar que algo malo había pasado, y no se equivocó. Bam estaba vomitando constantemente desde ayer, y Jungkook estaba desesperado, no tenía idea de que hacer así que fue en busca del castaño. Taehyung entendió la situación y fue corriendo a su consultorio a buscar lo necesario para hacerle una revisión, tan rápido como pudo se fue con Jeon en su motocicleta no sin antes poner al tanto a Hoseok de a dónde iría, con quién y por qué.

  Llegaron a la casa de Min, Taehyung se sintió extraño al pasar el gran portón, no todos los días ves a tantos hombres armados cuidando una casa como si de una fortaleza se tratara. Taehyung respiró aliviado cuando Jungkook detuvo la moto, el azabache condujo muy  rápido para llegar lo más pronto posible, pero Taehyung nunca se había montado en una motocicleta como la de Jungkook, pero apesar de estar asustado no se sostuvo de la cintura ajena.

  Jungkook lo guío hasta donde tenía a Bam, una gran habitación en el segundo piso. El canino estaba acostado sobre su cama, parecía decaído y emitía chillidos de molestia. Taehyung se acerco con cuidado, sin perder el tiempo comenzó a revisarlo, Jungkook se mantuvo en silencio observando desde una esquina, no quería interrumpir al doctor, realmente estaba preocupado. Cuando Taehyung dejo salir un suspiro de alivio Jungkook pudo respirar. Kim le explico que debido al cambio de dieta tuvo una reacción negativa, algo bastante común, pero no peligroso, con unas vitaminas que Taehyung le recetó lo motivarian a comer.

   Jungkook acaricio el pelaje de su perro con mucho cuidado.

  — Gracias, estaba realmente asustado.— comento sin dejar de acariciar a Bam.

Casualidad y no destino - (Sope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora