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    Namjoon se removió entre las sabanas, estiró su brazo buscando a su pequeño esposo y al no sentirlo a su lado abrió los ojos.

  Un olor ligeramente a quemado lo hizo hacer una mueca, confundido, se levantó de su cama, tomo la toalla de baño que estaba a un lado y se la colocó alrededor de su cintura; acto seguido se encamino a la cocina.

   La noche anterior, Jimin le había pedido dormir en su Penthouse, Namjoon no entendía porqué, pero no se negó, tomaron al pequeño Mochi y se dirigieron al lugar, donde disfrutaron de una noche bastante apasional, al estar en mayor privacidad , Jimin se volvió un desastre entre gemidos y jadeos que inundaron la habitación.

  — ¡Espera! ¡Espera!. No vengas.— Pidió Jimin, alarmado cuando vio a su esposo acercándose a la cocina. — Yo te llamaré cuando puedas salir.

   Namjoon se preocupo aún más y desobedeciendo la petición de su esposo, se acercó. Una sonrisa de ternura se dibujo en sus labios haciendo que sus hoyuelos lucieran encantadores, cuando vio a su pequeño esposo con un delantal de corazones color rosa, sus mejillas sonrojadas y su cabello rubio despeinado, detrás de él, lo que parecía un intento de panqueques, aunque un poco quemados.

  Jimin levantó sus brazos en un intento por cubrir su "secreto/sorpresa".

  — ¡Te dije que esperarás!.— reprochó, realmente parecía molesto, pero ante los ojos del moreno, lucia jodidamente hermoso. — Ve a la habitación. — mandó.

  Namjoon se acerco con cautela, lo rodeo con sus enormes brazos y beso su frente.

  — ¿Que tramas, pequeño?.— investigó.

  — Quiero hacerte el desayuno.— confesó. — y descubrí, que no soy tan bueno como creí.

  — ¿Te ayudo?.

Jimin alzó su cabeza y lo miro apenado.— Pero solo un poco.

  Namjoon le dió un tierno beso. Juntos, prepararon otros dos panqueques más. Jimin lo miro confundido, pero Namjoon le respondió que se comería los que su lindo esposo había hecho.

   Jimin le pidió que esperara en la habitación, y el sin dar peros se dió media vuelta hacia la habitación.

  A los pocos minutos, Jimin entro con una bandeja, sobre la misma habían dos platos con los panqueques preparados y dos vasos de zumo de naranja.

   Namjoon solo podía sonreír, completamente enamorado de aquel chico que caminaba con cuidado de no derramar nada. Después de disfrutar del desayuno, Jimin se acerco a su esposo tomandolo de las manos.

   — Pequeño. ¿Que ocurre?.— pregunto preocupado.

  — Yo... — Jimin trago saliva, nervioso. — quiero que vivamos juntos. — soltó mientras miraba a su esposo.

   — No te entiendo, pequeño. Eso hacemos.— respondió Namjoon, confundido, no entendía lo que Jimin intentaba decirle.

   Y es que para Jimin era un poco complicado pedirlo lo siguiente al mayor.

   — Quiero que vivamos aquí. — explico.— quiero que nos alejemos de The black circle, quiero vivir contigo sin él miedo de que algo nos pase. Quiero... — Jimin lo miro con las lágrimas luchando por no salir. — ... Quiero tener una familia contigo, quiero hacerte el desayuno en las mañanas, quiero esperarte en las noches y recibirte con un beso, quiero que Mochi sea nuestro hijo. — Jimin hablaba rápido, con todo el valor que había acomulado para ser completamente sincero. — quiero una vida junto a ti, Kim Namjoon.

  Namjoon limpió sus lágrimas, se acercó y beso su mejilla, sintiendo el sabor salado de las lágrimas en sus labios.

   — Mi pequeño... Sabes que tú eres lo más importante en mi vida. Pero, Agust es...

Casualidad y no destino - (Sope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora