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   Después de administrarle su vacuna correspondiente al lindo minino, Hoseok guío a la pelinegra hasta un pequeño restaurante no muy lejos de la clínica, al llegar se sentaron en una de las mesitas del fondo.

  — Jimin ha preguntado por usted.— comentó, antes de darle un sorbo a su espresso lungo.

  — ¿Cómo está Kai?.— preguntó.

  La verdad es que Hoseok estuvo bastante preocupado por el joven pelirrojo.

  — Sigue con vida, si es eso lo que quiere saber.— la fémina hizo una mueca con sus labios. — Tuvo suerte.

  El silencio permaneció por varios minutos, hasta que Solar decidió hablar.

  — Se que nada de lo que diga sonara sincero, pero créame, yo nunca quise mentirle... — soltó finalmente, en un susurro.

  — ¿Porqué te agradó?.— cuestionó, con cierto tono de burla, viendo como la pelinegra apartaba la mirada.

  — Si no lo hiciera, no estaría aquí. — informó. Acomodándose mejor sobre su asiento.

  —  Es bueno saberlo.— respondió desinteresado.

  — Doctor, se que usted está molesto, y tiene todo su derecho de hacerlo, pero usted debe saber algo, y es que el señor Min realmente lo quiere.

  — Por supuesto, por eso tú estás aquí.

  — No estoy aquí por órdenes del señor Min. — aclaró.

  — Serias demasiado ilusa si esperas que te crea. — agregó con notable molestia, para luego mirar con desinterés a la pelinegra. — Durante meses me estuvieron viendo la cara de estúpido, tú lo sabías y aun así tienes el descaro de decirme que te agrado...

  Negó ante las palabras del rubio, sin saber que decir realmente.

   — ... Por supuesto que sí, pero si quisieras defenderte puedes decirme que solo seguías sus órdenes. Eso es aún más descarado pero totalmente acertado a la situación.

   — Le mentiría si dijera que no seguía sus órdenes al guardar silencio. Le recuerdo que él es mi jefe y mi benefactor, desobedecerlo significaba un castigo.— hablo con sinceridad. — pero tambien lo conozco lo suficiente como para saber que lo que siente por usted es real.

  Hoseok dejo escapar una risita irónica.

  — Solar, agradezco tus palabras, pero para mí no significan nada.

  — Se miente a si mismo, doc.— comentó, mirándolo a los ojos. — Usted también lo quiere.

  Hoseok alzó su mano y toqueteo con suavidad el pendiente de la fémina causando una reacción de susto, obligándola a retroceder.

  — Dime algo Solar, ¿Realmente viniste por tu propio juicio?. — cuestionó con frialdad.

   — Si... Pero eso no descarta que nos estén vigilando. — dió un último trago a su bebida.

   — ¿Estás siendo vigilada?.— cuestionó curioso.

  La pelinegra sonrió apenas. — Yo no.

  Hoseok lo entendió de inmediato.

  — Me temo que nuestra conversación tendrá que llegar a su fin.— menciono, levantándose de su asiento.

  La fémina asintió, imitando la misma acción que su contrario.

  — La próxima, seré yo quien lo invite.

Casualidad y no destino - (Sope) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora