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Tres años antes.

“B&J
te invitan a su unión"

La invitación había quedado tirada en el centro de la habitación, Lisa no había tenido el coraje suficiente como para leer esa carta. Era su hermano, tendría que estar feliz por su próximo casamiento y todo, pero su cuñado le ponía los pelos de punta, la simple idea de imaginar a su hermano uniéndose de por vida a él le asqueaba.

BamBam era mayor que ella por dos años pero se habían criado como mellizos, así que se sentía como si alguien de su edad se estuviera casando; no era como si entre 21 y 23 existiera mucha diferencia, se sentía demasiado pronto de igual manera.

Su futuro "hermano en la ley" tenía diez años más que su hermano, un alfa obviamente, pero no de los amables y dulces de las películas, que matarían al feroz dragón solo para defender a su amado omega. Ni siquiera amaba a BamBam, sabía que él tampoco, ni había tenido la decencia de no fornicar en el baño central con uno de los amigos de su prometido en la maldita fiesta de compromiso. Lisa los había visto, su madre no permitió que se lo dijera a BamBam e igualmente él no le creyó.

Amaba a su hermano, él y su padre eran sus personas favoritas en la familia y en las únicas que confiaría, pero eran muchas las veces que veía a su madre reflejaba en él lo que hacía que prefiera evitarla en algunas cosas.

Por eso no lo llamó la primer madrugada que amaneció con fuertes náuseas, no podía confiar en que no se lo comentará a su madre y está causaría un revuelto solo por una intoxicación de estómago. Las cocineras no tenían nada de culpa de lo que realmente sucedía.

Así que llamo a sus dos personas de confianza: JiSoo y Jennie.

Sus amigas eran lo único que le agradecía a su madre. Se odiaban cuando eran niñas, las tres obligadas por sus padres a ser amigas, no fue hasta que tuvieron seis años que entendieron que su enojo era por las mismas causas y eso las unió.

Para la sociedad de afuera, eran las pobres niñas ricas, sus problemas quedaban totalmente invalidados solo por el privilegio que sus padres les heredaron, porque... ¿Qué tan triste podías estar en tu castillo medieval de más de diez habitaciones, con mucamas y regalos por doquier? Tenías dinero, no tenía que importarte si tus padres te querían o solo te habían tenido para seguir el linaje.

JiSoo era omega como ella mientras que Jennie era una alfa. Por un tiempo, cuando Lisa aún vivía en la dolida aceptación de su futuro, deseo ser emparejada con Jennie, así se podría casar con alguien a quien realmente quería y con quién estaba dispuesto a pasar su vida, pero los padres de Kim JongIn fueron más rápidos y ambos se casarían en la próxima temporada, si es que Jennie no cumplía con su promesa de dejar todo y adelantar su enlistamiento al servicio militar, se aseguraría de pasar tanto tiempo en las tropas que sus padres no podrían poner fecha para el casamiento.

Supo que su madre había tenido la misma retorcida idea que ella, en algo tenían que parecerse ¿No?, cuando comenzó a buscar empedernida un marido para ella, un duque de treinta años, hermoso, no podía negarlo, pero con un carácter asqueroso al que Lisa no quería ni ver, pero ahora sabía que no tendría que ver más porque si sus dudas son ciertas, era muy probable que tenga los días contados.

Jennie estaba en Nueva Zelanda, pero JiSoo respondió a su llamado y aparecio en la casa bien temprano en la mañana, vestida para convencer a su madre de que ambas irían a una práctica de polo en su casa y que la devolvería luego de la merienda.

Lisa se puso sus botas de montar y saludo a sus padres, sabía que no montarian nada en la farmacia en la que hicieron detener al chófer de JiSoo, HaeIn, quien en realidad era el pequeño amorío de JiSoo, pero nadie tenía que saber eso, el punto era que no hablaría de dónde las llevó ni de los paquetes con los que subieron.

beach girls ଓ chaelisa auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora