GANGSTAS

08: Soledad.

Un mes después del golpe a Hugo, las "bestias" se distribuyen y afirman puestos de poder, fundando una relativa estabilidad para el territorio.

Ante la debilidad del territorio y los posibles ataques de quienes deseen aprovechar el caos, los alfas introducen un estado de emergencia en Amaho y las "bestias" patrullan las calles durante días. Además, Jungkook ordena no hacer reuniones con nadie y, hasta que se establezca el control absoluto, tomar medidas duras.

Oficialmente, Amaho tiene tres líderes, popularmente llamados el Demonio de tres cabezas, y extraoficialmente, Amaho está gobernado por El Diablo.

Tres semanas después del golpe, los líderes de las "bestias" son convocados a la Confederación. Los alfas estaban esperando una invitación, sabiendo muy bien que no importaba cómo la Confederación ignorara la muerte de Hugo, no los dejaría en paz. Estuvieron cuatro horas en el camino para estar presentes durante media hora en una reunión con el presidente de la Confederación, Leo Thiago, de 48 años. El alfa con sobrepeso es oriundo de La Tierra y fue elegido líder de la Confederación hace cuatro años. El mandato de Leo está llegando a su fin y existen sospechas de que no será reelegido.

Leo indagó sobre los asuntos de Amaho, escuchó las ideas de los muchachos quienes le aseguraron que seguirían trabajando por el bien de la zona y de todo Calderón. Leo anunció que les presentaría a todos los demás jefes de los territorios si lograban poner orden en Amaho y mantenerse en el poder, insinuando que en caso de conflictos, es posible que no esperen ayuda de él. Además, Leo sugirió que los muchachos enviaran un nuevo representante de Amaho a la Confederación para reemplazar al hombre de Hugo retirado, y les recordó la tarifa mensual que debían pagar.

Jungkook no ha regresado a su casa desde la noche del asesinato de Hugo. Esta casa guarda la memoria de tres muertos: dos de ellos yacen en el cementerio de la ciudad, pero uno vive en Obrado. El alfa no llamó ni envió mensajes de texto a Yoongi y no ha recibido nada de él en un mes. Lucha con su bestia, que sigue intentando encontrar a Yoongi, pero no para devolverlo, sino para mirar a los ojos de quien levantó los glaciares en Jungkook y lo entierra bajo las avalanchas de recuerdos cada noche.

Si fuera el destino, entonces Jungkook habría ido en contra. Si el destino los hubiera separado, los hubiera esparcido, lo habría encontrado de todos modos, lo habría cosido a sí mismo, pero el propio Yoongi se fue. El alfa se explica a sí mismo que tendrá que arrancarle pedazos al omega con unas pinzas, lamerle las heridas y, por un instante, se alegra de que debido a la responsabilidad que recayó sobre él de la noche a la mañana en forma de toda una ciudad, prácticamente no tiene tiempo para pensar en Yoongi.

Jungkook odia a Amaho, no se quedará aquí. En cada esquina, lo esperan sus recuerdos, aquí las sombras de su omega, su padre y su papá deambulan por las calles y atormentan su corazón retorcido. Jungkook incluso se niega a volver a manejar su camioneta porque, al subirse a él en la frontera, se asfixia con el olor de Yoongi, se desliza hasta el suelo y, apretando su cabeza entre sus manos, intenta calmar los pedazos del "no amor" de otra persona.

Jungkook no sabe qué le duele más, el hecho de que Yoongi nunca lo haya amado o que no pueda sacar a omega de sí mismo de ninguna manera. Está a tres horas de Yoongi, puede ir con él, incluso hacerlo regresar, pero ¿qué le dirá Jungkook? ¿Rogará para que lo ame? El alfa no necesita ese tipo de amor, decidió en la frontera que ya no tenía hermano, ni omega, ni corazón. Jungkook no dejará de amar a Yoongi, es simplemente imposible, y lo sabe muy bien, pero llenará el vacío que le dejan sus objetivos, aunque a partir de ahora no tenga con quién compartir victorias. El amor no siempre dura hasta el final y no solo trae felicidad. Sucede a veces y la vida continua. Jungkook cerrará esa puerta con más fuerza, la llenará con una losa de concreto encima, agregará "no abrir, puede matarte" para estar seguro y la enterrará en lo profundo de su mente.