07: No te vayas.

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—No entiendo por qué no nos llevas contigo —Jungkook, sentado en los escalones de la casa, talla algo parecido a una lanza en madera. El tallado en madera tranquiliza a Jungkook, especialmente cuando tiene un problema que le molesta, puede pasar horas haciéndolo. Do revisa las armas, da instrucciones a los muchachos y se prepara para partir siguiendo las órdenes de Hugo—. Tendrías que haber insistido. Te habríamos respaldado. —continúa el alfa menor.

—Hay un acuerdo, todo está bajo control, simplemente recogeremos la mercancía, pagaremos y nos iremos, así que será mejor que te quedes en Amaho. —dice Do y se pone un chaleco antibalas.

—Ten cuidado, padre. —Jungkook tira el trozo de madera a un lado y se levanta para ayudar a abrochar el chaleco del alfa.

—Volveré para cenar. —su padre le guiña un ojo con algo de diversión y se pone al volante.

No volverá.

Ese pensamiento destella en el fondo de su mente como un relámpago, pero tal como aparece se apaga.

El alfa confía demasiado en el ángel de la guarda de su padre como para prestarle atención. Jungkook está acostumbrado a que la vida en Calderón sea como conducir un coche con frenos defectuosos a una velocidad de 220 km/h cuando toda la esperanza está puesta en su ángel de la guarda y la misericordia de la Santa Muerte. Jungkook le pide que no toque a su padre, guarda el cuchillo y camina hacia su auto, decidiendo ir a la escuela para poder sacar a Yoongi de su clase.

La relación con el omega tras la última pelea no ha vuelto a la normalidad. No importa cuánto lo intente, Yoongi sigue siendo sarcástico y eventualmente terminan peleando cada vez que salen. El omega, como para fastidiar al mayor, ya no usa sus regalos; cada semana recibe un paquete de Obrado y no se quita la ropa que le regala su abuelo.

Jungkook se explica a sí mismo que Yoongi ya es un adolescente, y uno muy testarudo y obstinado. Y se convence de que, al menos hoy, no reaccione ante las payasadas de su hermano y que no se enoje para no estropear otro día juntos.

Tan pronto como Yoongi salta al asiento del auto, el alfa lo acerca y lo besa durante un largo rato. El omega responde, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, sin dejar que se aleje ni un centímetro, y éste mismo no entiende muy bien el porqué últimamente se pelean y decide culpar al alfa quien ya ni aparece en casa, le prohibe salir y constantemente hace comentarios sobre los regalos de su abuelo.
















El auto de Hugo está al final de una caravana que se dirige a la Tierra de Nadie, y el alfa indica al conductor que se detenga antes de llegar allí. A Do se le informa en la radio que recogerá la mercancia sin el jefe, el alfa no discute ni cuestiona por mucho tiempo, pero no entiende realmente el porqué Hugo decidió darse la vuelta.

Do se dirige junto a sus hombres a una fábrica abandonada, en donde se supone los vendedores ya los estarían esperando. Tan pronto como se acercan, Do primero nota las manchas en el suelo y luego visualizó los cadáveres de los vendedores. El alfa ordena a su gente que se den retiren inmediatamente , pero los autos son alcanzados por una lluvia de balas y durante veinte minutos el tiroteo no cesa en la fábrica. Sin esperar la ayuda de Hugo, el alfa sale de allí con dificultad, habiendo perdido a casi todos sus hombres, ordena a los supervivientes dirigirse a la frontera, donde el jefe los estaría esperando.

—Fue una emboscada. Ya nos estaban esperando —Do se agarra la herida sangrante en el hombro mientras está de pie en frente de Hugo—. Era un cartel diferente, no tuve el tiempo de identificarlos, y si no hubieran matado a los la línea que iba en medio teníamos la posibilidad de agarrar a alguien e interrogarlo.

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