XV y XXII

89 2 0
                                    

15 - 22
22 - 15

Del árabe; "hombre que es feliz"

Supongo que yo solo quería ser una versión madreada de Dolores Haze
y tu, mi Humbert, no dijiste que no.
no dijiste que no.
Entraste efímero, como una bocanada de aire cuando te levantas a las cuatro de la mañana sudando.

Yo buscaba un alma vieja pero no tan vieja
Y tu una falda de colegiala donde postrarte
Yo buscaba alguien que compartiera el arte que se reflejaba en el espejo
y tu, bueno. Te gusta el arte ¿que no?

Te podía oír gemir al ver mis piernas en la inmensidad, casi saliendo de tus cabales, agrégale eso a que yo soy una puberta egocéntrica con la vida apagada.
Todavía me acuerdo cuando me abrazaste llorando, porque no podías abrazarme más, porque me necesitabas más cerca aunque fuese físicamente imposible.
Llegamos al auge de la pasión, lo sabes. Lo sé.
Siempre fuimos cambiantes, yo me volvía humo y tu apenas agua.
Me gustaba saltar océanos pero tu llorabas si me alejaba unos cuantos charcos.

Me gustó jugar a que podía ser madura y llena de gracia, a que podía enamorar con poesía a quien no le gustaba leer.
Me gustó creer que habían canciones que nunca habías escuchado, que yo te iluminaba.
Pero ¿cómo te iba a encender?
Si tu eras un candelabro,
Yo apenas,
Una vela.

Intensa y desesperada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora