Para Pancho.

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Existo, apenas y me alcanzan las gotas del mar.
Me difumino y me sorprendo siendo una luz más bien ausente, que se descompone y muere.
Me escondo entre los detalles oscuros e indiferentes: el doblez del tapete, la pelusa en la almohada.
Me gusta rodearte con flores y besar la ausencia que dejas en mis ojos; el dulce suspiro que conformamos cada día, tu esencia con olor a anís galáctico.
Te beso los párpados y me diluyo en la noche como el amante discreto que canta en las esquinas, porque descanso sobre estrellas que me congelan las entrañas, usando tu recuerdo como vela, destellas en mis noches.
Incluso en el sonido del lejano horizonte, que aparenta un gigante soñoliento, vives en mi, en nuestro último beso, en el vacío que dejas.

Intensa y desesperada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora