Intensa y desesperada.

Ojos invisibles.

Quise pintarte, pero cuando preparé el pincel, te habías ido.
Gitano de las almas, como apareciendo en besos olvidados.

Me recuerdas a los cuadros que se postran bajo los cristales de grandes museos, violados por ojos de franceses pretenciosos que hablan de corrientes, y títulos.
Encuentro precioso el instante en el que la sangre y las lágrimas del artista se vuelven solamente una placa fría e inerte.

La obra que te volviste bajo los dedos de decenas,
que no querías ser creado, querías crearte.

Retaste a los dioses bajo la luz de los semáforos, y me permitiste, (solo a mi) encontrarme con tus pupilas.
Hiciste que la noche sintiera celos, poeta.
Y el día, jamás conoció más allá de tu espalda.

Fuiste a quien todos en esta ciudad buscaban y pretendían, te escribieron una canción en cada puerto, te regalaron almas relucientes, brillantes, almas viejas. Tu, les diste solo besos vacíos y tacto inacabado.

¿Dónde te encuentro? ¿Por qué te buscamos tanto?
Huyes,
Bailas,
Contagias,
Cada noche en una diferente ciudad.

¿Dónde quedó tu hogar? ¿Dónde es el lugar donde te puedo encontrar para dibujarte?
¿Me leerás? ¿Lo entenderás? Eres misterio inconcluso.