☬ 𝑡𝑟𝑒𝑐𝑒 ☬

21 21 23
                                    

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 13
𝐸𝑙 𝑑𝑖́𝑎 𝑑𝑒 𝑖𝑛𝑖𝑐𝑖𝑎𝑐𝑖𝑜́𝑛.

—Barbilla arriba, mirada seria. Relaja los ojos. Ponte derecha, espalda recta —me decía la reina.

Han pasado dos días desde el cumpleaños de Ari. La reina esta mañana me despertó personalmente. Hoy no vestía sus vestidos extravagantes y ahí me di cuenta de que algo pasaba, y ahora, estamos en un establo donde hay por lo menos diez o doce caballos.

Ella eligió una ropa negra que es tipo un overol. En mi mundo sería un pantalón ajustado unido a una blusa sin escote y con mangas largas. Adoro los atuendos negros todo darks.

Me indicó que debía ponerle una montura a un caballo enorme que se veía intimidante. Me sorprendió que ella llevara una ropa parecida a la mía. La reina al ver que no tenía idea de qué hacer, me arrebató la montura de las manos y me hizo una demostración de cómo hacerlo.

—No esperaba que una reina como usted supiera hacer esta clase de cosas —mencioné con algo de incredulidad.

—Toda reina ideal debe saber hacer por lo menos una cosa. Toda reina verdadera debe ser buena en todo lo que hace, una reina debe impresionar. Aprende eso, niña, y serás la mejor reina que Silfet ha tenido —creo que ese es el mejor consejo que voy a recibir de la reina en toda mi vida.

Concuerdo con la reina, su majestad —dijo Slang en mi cabeza.

¿Estabas ahí? No te veo.

Lo busco con la mirada, sin éxito.

Estoy oculto. Es que me dan miedo los caballos.

Vaya, vaya. El príncipe todopoderoso de las serpientes que mide un metro, Slang, le tiene miedo a los caballos.

—Vaya, vaya, aceptó que soy un príncipe. Eso es una novedad. Y le tengo miedo a los caballos porque pueden aplastarme fácilmente.

No he aceptado que seas un príncipe, Slang. Era sarcasmo.

Dejé la conversación con la serpiente y atendí a lo que decía la reina. Ella me explicó que hoy es mi día de iniciación como princesa y por lo tanto me enseñaría a hacer cosas. La mujer amablemente me ayudó a montar sobre el caballo.

Tomó las riendas del caballo y salimos del establo. Nos guió al caballo y a mí hacia un pequeño espacio circular rodeado por una valla de madera un poco alta. La reina guiaba al animal para que diera vueltas en círculo.

Un rato después ya estaba algo mareada. Tantas vueltas me revuelven hasta la existencia. La reina detuvo las vueltas.

Por fin.

Suspiré con alivio.

La reina se acercó al caballo y acarició su sien con cariño. Me bajé del caballo con dificultad. Tambaleándome logré apoyarme en la valla. Un brisa suave jugó con mi cabello atado en una coleta alta y me dió justo en la cara.

—Otra vez —ordenó la reina luego de darle algo al caballo—. Esta vez lo harás tu sola.

Tragué grueso.

—Pero...

—Pero nada, estás lista para eso —me interrumpió la reina.

Aspiré una gran bocanada de aire. Me subí al caballo como la reina me enseñó y tomé las riendas con firmeza.

EL INICIO DE TODO (Somnus #1) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora