☬ 𝑣𝑒𝑖𝑛𝑡𝑖𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 ☬

22 17 27
                                    

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 25
𝐿𝑜 𝑠𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜, 𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑎𝑔𝑢𝑎𝑛𝑡𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑚𝑎́𝑠.

—Yvett, necesito que te concentres. No creo que tengas problemas para vencerlo pero igual, concéntrate —me decía Willow.

Suspiré pesadamente.

—No estoy de humor para pelear —le dije con la voz más apagada de lo normal.

—¿Crees que a Milo le importará eso? Te matará así que levántate y destrúyelo como sólo tú sabes hacer —me ordenó ella, muy seria—. Si lo vences te contaré un chisme mío.

—Ahora sí estás hablando mi idioma —le sonreí de lado sin despegar los labios.

Me levanté. El ring me espera con Milo en posición para matarme. Que bien.

Milo es un chico de octavo año. Pelo castaño, ojos negros. Es flaco y alto. Conocido por su sanguinaria necesidad de destruir a sus oponentes. No me da miedo luchar contra él. Puede que Milo tenga más de cuarenta victorias pero yo tengo cerca de veinte y este no me va a matar ahora que he llegado hasta aquí y más si he vencido a tipos mucho más grandes y peligrosos que él.

Me subí al ring y me preparé. El Líder de Combate nos recordó que podíamos usar poderes. El poder de Milo es invocar objetos filosos que le sirvan como arma.

Qué útil para despedazar a sus oponentes.

O mejor dicho: víctimas.

El combate inicia y ninguno de los dos se decide a atacar primero. Esto está un poco aburrido así. Para hacerlo divertido, lanzo un puñetazo a su cara. Él lo esquiva con facilidad. Milo logra darme una patada en el estómago que me hace retroceder.

Duele un poco. Ahora si vamos a pelear en serio. Mi oponente invoca una espada. Trata de clavarla en mí, pero yo usando mi súper velocidad logro esquivar sus ataques. En un momento, mi velocidad deja de ser útil y él trata de literalmente cortarme la cabeza con su espada. Me echo para atrás y sólo me hace un corte en la mejilla que sana en el instante.

Él se queda sorprendido y detiene los ataques. Nadie excepto mis amigos sabe que yo tengo ese poder de sanación. Aprovecho que dejó de atacar para darle una fuerte patada en la cara que lo deja mal por unos segundos y suelta la espada.

Momento perfecto para el último ataque.

Siendo súper rápida tomo su espada. Vuelvo a patear al chico y él retrocede hasta chocar con las cuerdas del ring. Ahora estoy de espaldas al chico para hacer un movimiento giratorio con su espada en mis manos y hago una herida profunda en su abdomen.

Sin escrúpulos lo miro a los ojos y clavo su espada en su abdomen hasta atravesarlo por completo. Sus ojos se abren en una mueca de dolor. Sin darme cuenta lo disfruto. Entierro más la espada y más se abren sus ojos.

—Maldita —pronuncia él en su último aliento de vida.

Está saliendo sangre de su boca. Escupe sangre. Sus dientes están manchados de esta.

—No tengo otra opción —le digo mientras sonrío.

Suelto la espada en cuanto noto que ya murió. Sigue con los ojos abiertos. Espeluznante aunque no tanto cuando te acostumbras. Vuelvo a poner cara seria y bajo del ring.

EL INICIO DE TODO (Somnus #1) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora