☬ 𝑑𝑜𝑠 ☬

40 26 46
                                    

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 2
𝑆𝑜𝑙𝑎𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑡𝑟𝑒𝑠 𝑛𝑜𝑐ℎ𝑒𝑠.

—¡Yvett, despierta! —la voz de Yord, agarrándome por los hombros y agitándome, me llega a los oídos.

Abro los ojos, exaltada.

—¡¿Qué fué?! ¡¿Qué pasó?! —pregunté en un grito de pánico.

—Este señor nos va a dejar quedarnos para toda la vida —murmuró Mabelle con una nota de emoción.

—Emm... —intentó decir un hombre, creo que es el mismo que ví antes. Él carraspeó—. Ni lo sueñen. Es sólo por una noche, mañana se van.

—Pero, ¿podrá dormir tranquilo sabiendo que dejó a unos pobres niños sin padres en la calle? —habló Mabelle con un tono de víctima increíble.

—No es mi problema —el hombre se cruzó de brazos y nos miró muy serio.

Yord, Ari, Mabelle y yo lo miramos y le pusimos ojitos. El señor ablandó su expresión.

—Tienen tres noches aquí, a la cuarta se van y punto final —dictaminó el hombre de cabello negro y ojos azules.

—¡Gracias, señor! —mis amigos y yo hablamos al unísono.

Corrí hacia el hombre y lo abracé sin importarme que fuera un extraño. El señor me apartó con brusquedad y luego mis amigos se unieron al abrazo. Una vez más el hombre nos apartó.

—Maldita la hora en la que decidí traerlos aquí para ayudarlos —soltó el hombre con un bufido—. Muy bien, niños, ¿cuáles son sus nombres?

—Yo soy Mabelle —se presentó.

—Yordrick —comentó el mismo.

—Ari —ella sonrió.

—Yvett.

—Se quedarán por tres noches como ya dije. Sin embargo —el hombre hizo una pausa—, tendrán que ayudarme en todo.

—¡Sí, señor! —otra vez hablamos mis amigos y yo al unísono.

Levantamos las manos e hicimos la especie de saludo que hacen los militares y nos pusimos serios. Segundos después estallamos en risas nosotros cuatro y el señor nos miraba con un rostro de confusión y estupefacción.

Un rato más tarde cuando paramos de reír y él hombre se cansó de lanzarnos miradas cargadas de aburrimiento y fruncir el ceño, él me miró específicamente a mí.

—Tu lagartija sin patas está en una caja de cristal en la sala junto con una ranita dorada, ve a buscarla, pero antes —se aclaró la garganta y dirigió su mirada hacia la puerta abierta—, ¡Hiram! ¡Tahla!

Miré al hombre y luego a la puerta. Una niña como de la edad de Yord se paró en la puerta, apoyándose en el marco. Ella tiene cabello castaño, es alta como el mayor de nosotros y es de ojos azules.

—Tahla, ¿dónde está Hiram? —cuestionó el hombre. Rodó los ojos, se encogió de hombros—. Bueno, no importa. Necesito que vigiles a estos niños.

—¡Nuevos amigos! —exclamó ella con emoción y un brillo especial en sus ojos.

Yordrick la miraba como embobado. Creo que le gusta ella.

—No, no son amigos; son extraños —le explicó el señor. Se llevó dos dedos al puente de la nariz, irritado y negó con la cabeza—. ¡¿Dónde rayos se metió Hiram?!

—¡Aquí estoy! —una voz nueva me llegó. Automáticamente volteé hacia la puerta.

Era un chico de nuestra edad también. Cabello negro y ojos azules. Su mirada cayó en mí y nos miramos a los ojos por unos segundos.

—Este es Hiram —señaló al niño— y ella es Tahla —señaló a la niña—, son mis sobrinos. Ahora que ya se conocen todos, ¡fuera de mi vista!

• • •

Los sobrinos del hombre nos explicaron que él tiene un carácter difícil. Todo esto pasa mientras estamos muy ocupados barriendo los alrededores de la pequeña casa en la que vive el señor.

Tahla es muy agradable. Hiram también. Él intenta ayudarme en todo lo que puede y me agrada su compañía. Su hermana y mi mejor amigo se mantienen juntos. Creo que ambos se gustan.

Slang creció como tres centímetros y sigue insistiendo en que es un príncipe. Ari se quedó con la ranita dorada y es muy saltarina. La de cabello corto está feliz.

Ari tener ranita, Ari ser feliz.

Muy cierto, conciencia.

La rana dorada ahora se llama Floppy. Casi siempre está sobre la cabeza de Ari. Mabelle se mantiene alejada de la ranita porque le tiene miedo. Floppy al parecer disfruta asustando a Mabelle.

Pasaron dos noches. Una noche más y nos iremos de esta casa. No quiero irme. Tampoco tenemos a dónde ir. De todos modos no creo que el señor nos deje en la calle.

Hemos trabajado mucho en la casa del hombre que nos dió techo. Ayudamos en la cocina y limpiamos. Así nos ganamos el techo.

Los sobrinos de él nos quieren mucho y nos apoyan en todo. Ellos han intentado convencer a su tío —que se llama Mack— de que no nos deje en la calle. El tío ha dicho muchas veces que no.

Hoy el señor Mack nos dijo que iremos al pueblo. Él comprará algunas cosas y nos llevará pero aclaró que para nosotros no había nada. No dejamos que esto nos entristeciera y nos marchamos al pueblo con el hombre.

Cuando llegamos, luego de atravesar el bosque, habían puestos de cualquier cosa por todos lados. Miraba a mi alrededor con curiosidad. Slang, colgando de mi cuello, despertó cuando el olor de carne cruda y fresca le llegó. Él quería ir a robar pero lo detuve, no iba a dejar que lo eliminaran.

Un mercader estaba anunciando que tenía un huevo de dragón en su posesión. Mabelle fue corriendo hacia donde supuestamente se encontraba el huevo. Ari y Yord la siguieron. Pensé en avisarle al señor Mack, aunque no lo hice y seguí a mis amigos.

Creo que deberías avisar a Mack, no es correcto que vayan solos —escuché la voz de la serpiente en mi cabeza.

Tienes razón.

—¿Y por qué no lo haces?

Pues, la verdad, no sé.

Pasé corriendo por al lado de puestos de frutas, verduras, carne, joyas y hasta de regalos para niños. Alcancé a mis amigos, por lo menos a Yord y a Ari. En la distancia ví a Mabelle huyendo con un... ¿Huevo gigante con una coloración morada? Miré a mis amigos en busca de respuestas. Creo que se me notaba el signo de pregunta en mi cara cuando la de cabello corto dijo:

—Se ha robado el huevo del dragón.

—¡Oigan! ¡Ladrones! —gritaba el mismo mercader que anunciaba el huevo antes.

Gritaba mirándonos a nosotros.

—¡Corran! —emitió Yord.

Sin pensarlo, echamos a correr hacia donde iba Mabelle cargando el huevo.

EL INICIO DE TODO (Somnus #1) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora