☬ 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜 ☬

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𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 5
𝐿𝑎 𝑐𝑎𝑠𝑐𝑎𝑑𝑎 𝑒𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑎𝑣𝑖𝑙𝑙𝑜𝑠𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑔𝑎𝑛̃𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝑠𝑒𝑛̃𝑜𝑟 𝑀𝑎𝑐𝑘 𝑙𝑜 𝑒𝑠 𝑎𝑢́𝑛 𝑚𝑎́𝑠.

—Este es mi lugar favorito —enunció Hiram, sonriente. Estábamos detrás de la cascada. Había una especie de cueva donde todo estaba reluciente y hermoso.

—Me siento especial, gracias por traerme —le sonreí con dulzura.

—Eres muy especial. Lo eres para mí —miró a mis ojos—. Quiero decir, para todos eres especial.

—Pero para ti soy más especial.

—No he dicho eso.

—Sí lo dijiste, con otras palabras —le informé. Me acerqué a la parte de la cascada y con disimulo salpiqué sobre su cara, él me hizo lo mismo y ambos reímos.

Los dos comenzamos a correr como niños pequeños por toda la cueva. Cuando terminamos de divertirnos, saltamos desde ese lugar hacia abajo, siendo arrastrados por la cascada que nos llevaba al sitio donde se encontraban nuestros amigos dándose un baño.

Pasamos un buen rato en la cascada. Nos divertimos mucho todos juntos. Se sentía bien estar rodeada de amigos. En el orfanato nunca nos divertíamos y cuando lo hacíamos sólo era para meternos en problemas.

En definitiva no extraño esa vida.

Estamos mejor ahora con el señor Mack, él nos cuida y en el fondo sé que nos quiere.

Muy en el fondo, pero nos quiere.

Mi serpiente apareció, la sentía subiendo por uno de mis brazos en lo que esperábamos un tiempo para que nuestras ropas se secaran y el tío de Tahla y Hiram no se diera cuenta de nada.

Te extrañé.

Aww. Y yo a ti.

—Era mentira, pendeja.

Sé que sí me extrañaste, Slang.

—Príncipe Slang para ti, Yvett.

¿Sigues con eso de que eres un príncipe? Está muy mal mentir. Además, si tú eres un príncipe, entonces yo soy la nieta de la reina Isabel de Inglaterra.

—¿Quién es esa? Como sea, no me importa. Soy un príncipe y punto.

Haré como que te creo, Slang.

• • •

Llegamos a casa. Por suerte el señor Mack no estaba y pudimos cambiarnos la ropa por una seca. Dejamos secando la ropa que usamos en la cascada.

Para cuando el tío de Tahla y Hiram llegó, la ropa estaba seca y básicamente no había pruebas de que estuvimos en la cascada, ni de que no fuimos a la escuela como él nos dijo.

Se enojaría muchísimo si se enteraba de eso.

Mientras esperábamos a que el señor Mack llegara, preparamos entre todos algo de cenar. Por suerte no quemamos nada y menos mal que Tahla tiene experiencia cocinando.

La comida seguía caliente cuando el hombre de la casa llegó. Él tenía cara de estar cansado. Muy cansado. Lo guié hasta la mesa del comedor y Mabelle le trajo un poco de agua. Mack la bebió toda. Pidió más y Ari se la dió.

EL INICIO DE TODO (Somnus #1) #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora