Cap 31. Asuntos familiares

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Narra Sonic

No me esperaba esto para nada ¿Qué hace mi mamá aquí?

—¿Mamá?

—Si hijo, ¿Acaso no me reconoces ya?

—Claro que sí mamá, es solo que, no esperaba verte aquí justo ahora.

—¿Por qué? ¿Estabas ocupado? —preguntó mi madre mientras arqueaba una ceja.

—Un poco...podría decirse que sí.

—Ya veo... ¿Haciendo qué?

—Estaba...haciendo ejercicio.

—Ejercicio... ¿Tan temprano?

—Obvio mamá, ya sabes que lo mejor es hacer ejercicio en la mañana, así tienes energía suficiente para el resto del día.

—Si, eso he oído.

—¡Sonic! —escuché a Amy gritar desde la habitación.

—¿Tienes a una chica metida ahí?

—¿Ah? No, como crees mamá ¿Qué estaría haciendo una chica aquí?

—Pues supongo que te ayudaba a hacer ejercicio ¿No?

—¡Sí! Eso mismo.

—¡Sonic! ¿Al final quién era la persona que tocaba la...? —escuché como Amy venía caminando para acá y se paró en seco al ver a mi madre— puerta...

—Jeje, mamá, r-recuerdas a Amy, ¿No?

—Claro, la chica de la que siempre me hablabas en las cartas que me mandabas.

—Si, esa mera, y Amy seguro recuerdas a mi madre.

—C-Claro Sonic, aún recuerdo la vez que nos contaste de ella y de tus hermanos, aunque nunca había tenido la oportunidad de conocerla en persona.

—Lo mismo digo, querida, un gusto conocer por fin a la novia de mi hijo —le extendió la mano a Amy a lo cual ella correspondió el gesto.

—El gusto es mío, señora Aleena.

—Por favor, solo llámame Aleena.

—Está bien jeje.

—Y dime ¿Cómo estuvo el ejercicio?

—¿Ejercicio? —preguntó Amy bastante confundida.

—Mi hijo dijo que estaban haciendo "ejercicio" —respondió mi madre haciendo las comillas con los dedos.

—¡Ah! Eso, jajaja si, ejercicio, estuvo muy intenso la verdad, pero estuvo bien.

—Me imagino, supongo que por eso es que lo único que tienes puesto es una camiseta de mi hijo.

Amy solo bajó su mirada para ver cómo estaba vestida, tenía una de mis playeras puesta, sus guantes y estaba descalza, aunque bueno, supongo que si tiene algo detrás de eso.

—Emmm...si, le atinó, Aleena —dijo Amy completamente sonrojada.

—Eso creí.

—Bueno, pasa mamá, estábamos a punto de hacer el desayuno.

—Gracias hijo.

Los 3 nos dirigimos a la cocina, Amy empezó a preparar el desayuno mientras yo me sentaba en la mesa del comedor a platicar con mi madre.

—Y dime, mamá ¿Qué te trae por aquí?

—Nada en especial, solo quería ver a mi hijo que hace mucho no me visita a mí o a sus hermanos.

SONAMY: AMOR ÚNICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora