Cap 47. Máximo esfuerzo

37 5 2
                                    

Narra Rouge

Wave y yo habíamos llegado a la isla, logramos caminar una distancia considerable sin toparnos sin ninguna trampa o algo por el estilo, lo cual se me hacía bastante extraño, puesto que se supone que los Babylon Rogues no pudieron por su cuenta.

—¿Qué pasa, Rouge? Te noto algo pensativa —preguntó Wave.

—¿No te parece raro que no nos hayamos topado con ninguna trampa todavía? Hasta ahora está siendo demasiado fácil, o al menos así me siento yo.

—No te dejes engañar, esta isla tiene sus secretos, no sé si se deba a la influencia del Santo Grial en estas localizaciones, pero entrar a ellas es de todo menos algo fácil.

—Como digas.

Seguimos caminando un buen rato, hasta que de repente algo extraño ocurrió.

—¿Pero qué carajos?

Sentí como mi pie empezaba a hundirse en la tierra, había pisado arena movediza.

—Demonios.

—Tranquila, Rouge, me pasó la primera vez que vine, solo que recordaba que venía después.

—¿Dices que este charco de arena movediza se movió de lugar o qué?

—Sí, precisamente eso es lo que digo.

—Pero eso es imposible.

—En este punto deberías entender que eso es lo que hace que el Santo Grial sea tan poderoso, modifica y altera la realidad.

—Creí que solo tenía poderes curativos —decía mientras intentaba zafarme del agarre de las arenas movedizas.

—Además de eso, es capaz de modificar la realidad por su cuenta, y si alguien bebe del Santo Grial comparte su poder.

—No me jodas...hay que conseguir esa cosa a como dé lugar.

Seguí haciendo mi mejor esfuerzo para zafarme, pero el arrastre de esas arenas movedizas era enorme, empecé a usar mis alas para elevarme, pero no tenía efecto alguno.

—No me digas que nos estancaremos aquí.

—Descuida, déjame intentar algo —dijo Wave.

La golondrina metió su mano en las arenas y empezó a buscar algo con insistencia, no entendía qué podía estar haciendo, hasta que logró sacar su mano con el objeto en cuestión.

—¿Bombas? ¿Es en serio? ¿Piensas volarnos en pedazos?

—Relájate, chica, solo observa.

Wave puso las bombas alrededor de nosotras, al hacer contacto con la arena estas empezaron a sonar, hasta que detonaron en leves explosiones, lo suficientemente potentes para despejar algo el terreno y permitirnos elevarnos para salir de esa trampa de arena y ponernos a salvo.

—Eso estuvo cerca...buena idea traer esas bombas contigo.

—Son bombas especiales, las desarrollamos nosotros, son bombas de corto alcance, a primera vista pueden verse inútiles, pero ya viste que tienen su provecho —explicó Wave.

—Eso veo, bueno, continuemos, debemos ir más atentas esta vez.

Wave y yo seguimos avanzando, con más cautela aún que antes, observando todo el panorama a nuestro alrededor. Por suerte no nos encontramos con nada fuera de lo normal, así que logramos abrirnos paso por la isla de forma relativamente segura.

Pasados unos cuantos minutos llegamos a una especie de templo con unas escaleras enormes, así que solo debíamos subir hasta llegar a la gran puerta que nos separaba del interior del templo, o al menos eso creía yo.

SONAMY: AMOR ÚNICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora