Capitulo tres

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Kara había sido designada encargada oficial de tomar rotas, pero aun así Diana tenía una pluma y un bloc delante de ella, junto con una pila de folletos y unos cuantos libros. Habían accedido a realizar un taller sobre la salud de la mujer para la Conferencia de Lesbianas de Texas, que iba a tener lugar en San Antonio al mes siguiente. El plazo para preparar un resumen del taller y enviar una propuesta de lo que tenían previsto presentar se acercaba rápidamente y ya no se podía posponer más.



—Tú te encargas de la parte de la menopausia y yo hago la de nutrición —dijo Kara— Aquí tenemos buena documentación para el material que repartiremos durante el taller. Haré que mi secretaria llame mañana y encargue copias adicionales de estos tres artículos en concreto —Las dos garabatearon algunas notas.
— Necesitare unos veinte minutos para los pros y los contras de la terapia hormonal sustitutoria —dijo Diana— y nunca tenemos bastante tiempo para una sesión de preguntas y respuestas. —Kara alcanzó otro folleto.
— Entonces puede que tengamos que saltarnos toda la nutrición o limitarnos a tocar el tema por encima. Puedes dedicarte durante una hora a los fármacos y a la menopausia, y es fácil tenerlas suplicándote más —Kara la miró mientras hojeaba el folleto— Sabes, podría hacerte de ayudante: repartir el material, encargarme de las luces en la presentación con diapositivas, asegurarme de que el puntero está correctamente extendido.
— No estoy haciendo esto sola —dijo Diana— Hacen falta dos ponentes para cada taller, así que no intentes escaquearte de este

Treinta minutos después ya tenían preparado un guion y habían completado el impreso de solicitud. De haber sido necesario, cualquiera de las dos podría haberse encargado del taller en aquel mismo momento con los ojos cerrados.


— Así —dijo Diana mientras recogía sus papeles y empezaba a guardarlos en el maletín— ¿qué hay de nuevo en el culebrón de Lena y Alex?
— Definitivamente, Alex está viviendo con otra persona y nadie sabe gran cosa de Lena —Kara anotó rápidamente los nombres de unos cuantos folletos antes de que Diana los recogiera— He estado pensando en pasarme por su casa a verla.
— Mala idea —dijo Diana— Lo siguiente que querrás hacer será pedirle que salga contigo.
— Quiero pedirle que salga conmigo.
— ¿Ves a lo que me refiero? —replicó Diana— Aléjate de ella, doctora Danvers. En menos de un mes volverá a estar en los brazos de Alex, te lo advierto. Esto aún no se ha acabado para ellas. Ahórrate el sufrimiento —Diana dejó de recoger y ordenar papeles, y le lanzó una mirada— ¡Por Dios, Kara! No seguirás enamorada de ella ¿verdad? —Kara no dijo nada. En aquel preciso instante no podía ni mirarla— ¡Diablos! —exclamó Diana, ya con un tono mucho más suave— Pues si es tan importante para ti, entonces haz lo que tengas que hacer —Mientras se dirigía hacia la puerta, Diana le dio un abrazo— Quizá deberías hablar con Miranda. Es fantástica en este tipo de cosas.
— Me lo pensare —Kara cerró la puerta y se apoyó contra ella. «Miranda ya te ha advertido de que no te metas —pensó, cansada— Ahí no vas a encontrar ninguna ayuda.»



Finalmente, Kara tuvo un golpe de suerte unos cuantos días después. Su madre la llamó a la consulta para ver si podía dedicar unas cuantas horas del sábado a trabajar en la clínica gratuita. Eliza se ocupaba de organizar los turnos y todos estaban cubiertos hasta que un doctor tuvo que salir de la ciudad a causa de la muerte de un familiar. Mientras Kara y su madre hablaban de los horarios de la clínica, Eliza mencionó que ella y Miranda habían quedado con Lena aquella noche para cenar. Tras unas pocas preguntas inteligentemente planteadas, Kara averiguó cuándo y dónde iban a estar, y en su mente empezó a representarse toda una película mientras hablaban: se vio a sí misma en el restaurante a aquella hora, esperando a que la invitaran a reunirse con ellas; o llegando más temprano y sentándose a una mesa, de modo que fueran las otras las que se unieran a ella; o paseando por el parking del restaurante; o acercándose a la mesa de las otras para decirles algunas palabras.

Esperandote (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora