Capitulo²¹

60 10 0
                                    

Taehyung frotó su mejilla en la afelpada superficie de la sábana, estar rodeado de su nido era el mejor confort que podía sentir. Se acurrucó entre las prendas, aún quería dormir un poco más, el calor era soportable, así que lo mejor sería dormir hasta que el celo se lo impidiera. Acomodó su cabeza entre las almohadas y enrolló su cola alrededor de su estómago, poniéndose en posición fetal, listo para seguir descansando. De pronto el olor a bellotas lo saludó, también pudo detectar algunas nueces, sonrió, era tan placentero cuando los aromas de los frutos secos se mezclaban con la esencia de sus prendas. Olfateó un poco más, ¿esos son piñones?, no recordaba haberlos recolectados para su celo, esperen, ¿acaso ese era el olor de Jimin?

Se incorporó abruptamente hasta quedar sentado en medio de la extraña cama. Su respiración comenzó a agitarse, ¿qué hacía en la casa de Jimin?; miró alrededor completamente aturdido, las ropas del alfa lo rodeaban creando una pequeña fortaleza, algunos frutos se esparcían alrededor, e inclusive había flores sobre la mesita de noche. Su cabeza dolió por el mareo que lo atacó, todo estaba tan bien hecho, las cosas se habían colocado cuidadosamente para traerle seguridad, el problema era que se sentía como un invasor en aquel nido que se suponía era para él.

Alzó la sabana para poder levantarse, entonces notó que estaba llevando un pantalón de pijama que no era suyo, inmediatamente se alteró, ¿qué había pasado anoche?; las ganas de llorar lo invadieron, estaba confundido, pero, sobre todo, estaba aterrado; no recordaba nada de lo que había sucedido, sus recuerdos estaban borrosos. Pegó sus rodillas a su pechó y lloró, Jimin lo había tomado contra su voluntad, el alfa se había aprovechado de su estado. Taehyung tembló, quería huir de ahí, pero la salida se veía tan lejana a su cuerpo que había perdido fuerzas.

— Despertaste — Jimin asomó su cabeza en la rendija de la puerta para verificar su estado — ¿Cómo sigues?

Jimin se preocupó cuando vio a Taehyung hecho un ovillo mientras lloraba y sollozaba asustado. Enseguida se acercó a él buscando con la mirada algún indicio de que estuviera lastimado. Su lobo se agitó cuando olfateó el amargo aroma que estaba desprendiendo, el omega estaba sufriendo y debía ayudarlo. Intentó tocarle el hombro, pero Taehyung huyó despavorido de su toque.

— ¿Por qué lo hiciste? 

Su voz salió tan pequeña y rota que Jimin empezó a desesperarse al no entender cómo ayudarlo.

— ¿Qué sucede Tae? — preguntó consternado.

— ¡¿Qué me hiciste Jimin?¡ — gritó — ¿Por qué? 

Taehyung lloró con más fuerza y empezó a hipar sin poder controlarse, su cuerpo retrocedió acurrucándose en la cabecera de la cama mientras intentaba consolarse a sí mismo. Sus ojos desprendían dolor y rabia, odiando completamente al alfa que lo observaba a unos centímetros de distancia. Jimin intentó acercarse una vez más, pero cuando Taehyung se abrazó a si mismo intentando proteger su cuerpo, lo comprendió.

— No te hice nada.

Jimin se levantó de la cama para darle su espacio, su cabeza pronto empezó a buscar la forma más adecuada de calmar a Taehyung, pero estaba tan turbado que ninguna frase lograba ser adecuada del todo.

— No hice nada, por favor, créeme- 

Jimin rogó incapaz de poder hacer otra cosa para ganar la confianza del omega.

— Por favor.

Taehyung respiró varias veces intentando tranquilizarse para poder pensar racionalmente. Miró el rostro de Jimin deformado por la angustia, inclusive se había resguardado en una de las esquinas de la habitación para evitar que su presencia lo perturbe más de lo que ya estaba. Cerró los ojos y se centró en su cuerpo, no sentía nada raro, no sentía dolor, o alguna incomodidad; se olfateó a sí mismo, tenía las feromonas de Jimin impregnadas a él, pero era un olor superficial, la intensidad del aroma no pertenecía a las feromonas por apareamiento. Olfateó más profundo, los únicos fluidos que podía percibir eran los de él, no había ningún aroma ajeno, todo parecía estar en su lugar.

Chillido TraviesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora