Capitulo¹⁶

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— Aquí hay algo que no me cuadra.

Sungjae sobó su mentón mientras intentaba analizar a profundidad la situación. Si lo pensaba bien, era bastante extraño que Jimin actuara con interés hacia Taehyung y de pronto se esté confesando a otra Omega, o al menos eso era lo que su amigo le explicó. Lástima que él no pudo ver la escena sacar sus propias conclusiones, cuando él llegó sólo vio a un Jimin desesperado y a una Suni vuelta bolita en su lugar, no era exactamente un escenario que pudiera dar celos. Pero al parecer aquello era suficiente para dañar a Taehyung, había algo en el frasco de nueces que le otorgaba importancia a la historia, sin embargo, Sungjae aún no terminaba de entenderlo del todo, aunque llevaba muchos años involucrándose en la manada de Taehyung, existían rituales y costumbres que seguía sin conocer.

— Sólo estaban comiendo nueces.

— ¡No sólo estaban comiendo nueces! — Taehyung lo reprendió con brusquedad — Le estaba dando un regalo de cortejo. ¿No lo viste?, incluso el frasco estaba adornado con un moño.

Taehyung apretó más sus piernas hacia su pecho buscando consuelo. Había parado de llorar, pero no podía dejar de sentirse herido, sus ilusiones estaban por los suelos. Inclusive, aunque su lado racional trataba de hacerle caso a Sungjae y entender que tal vez para el Alfa las nueces no significaban nada, su ardilla no podía dejar de sentirse traicionada. Entre las ardillas entregar frutos secos como obsequio era una muestra total de cariño, eran obsequios valiosos de significado, no cualquiera tenía el privilegio de recibirlos como regalo. Tembló de tristeza, su corazón estaba dañado y su pecho se contraía dolorosamente al recordar a Suni sosteniendo el frasco.

— Además, Jimin nunca come nueces, él no trajo el frasco por casualidad.

Sintió sus ojos picar y aguarse, volvería a llorar. Agradecía estar escondido en el almacén de intendencia, no quería que nadie lo viera en un estado tan deplorable.

— Ven aquí Tae.

Sungjae lo acunó sobre su pecho. Acarició con dulzura la espalda intentando consolarlo y tranquilizarlo. Taehyung estaba tan triste que inclusive su olor estaba completamente escondido, sólo podía reconocerse una esencia amarga y pesada, el olor era tan penetrante que empezó a preocupar al oso de Sungjae, quien despertó alerta ante una posible amenaza. El olor era completamente nuevo, nunca en todos sus años que convivió con Taehyung había presenciado aquella esencia tan amarga, se preocupó, el estado de Taehyung estaba verdaderamente deplorable.

— Quiero ir a casa, me siento mal.

Un lastimero chillido salió de la garganta de Taehyung. Sungjae se tensó, el Omega estaba llamando a su Alfa, Taehyung estaba llamando a Jungkook.

— Al diablo las clases.

Sungjae tomó a Taehyung entre sus brazos y salió de la habitación. Apresuró el paso hacia la salida de la escuela, a esa hora casi nadie solía vigilar la entrada, podrían escaparse con facilidad. Miró hacia los lados y continuó su trayecto, afortunadamente la mayoría de los estudiantes preferían tomar el receso en la cafetería, por lo que los pasillos estaban completamente vacíos, lograrían fugarse sin ninguna complicación.

— Le diré a Hyungsik que guarde nuestras cosas, necesito llevarte a casa.

Caminó lo más rápido que pudo, debía tener cuidado con los movimientos que hacía, Taehyung había empezado a temblar del dolor. Sungjae lo sostuvo contra su pecho completamente alarmado, no era una reacción normal ante un rompimiento, había algo más, algo de lo que no estaba enterado. Taehyung estaba completamente afectado, sollozaba y se quejaba, se había vuelto pálido, su cuerpo se retorcía de dolor y chillaba por la tristeza que sentía, era imposible, pero Taehyung lucía como si estuviera experimentando un lazo roto.

— ¡Taehyung!

Sungjae se tensó por completo, su cuerpo reaccionó al instante protegiendo a Taehyung con su aroma. Su oso hizo acto de presencia, sus colmillos salieron y sus garras reemplazaron a sus uñas, su animal estaba furioso, dispuesto a atacar al causante del sufrimiento de Taehyung. Se plantó amenazadoramente hacía Jimin, gruñó molesto, obligándolo a retroceder y a alejarse de ellos.

— Necesito hablar con él.

Jimin se mantuvo quieto y agachó levemente la cabeza, aceptando la dominancia de Sungjae, demostrándole al Alfa que no quería problemas.

— Taehyung está mal, no puede hablar contigo, tengo que llevarlo a casa.

— Por favor, puedo arreglarlo.

Dio un paso adelante, pero Sungjae gruñó con fuerza indicándole que no iba a tolerar su presencia. Jimin vio como la cabeza del Omega se despegaba del pecho de su amigo para verle. Cuando sus ojos se toparon pudo ver el dolor en su mirada. Taehyung reaccionó a su aroma y chilló llamando por su encuentro. Jimin enloqueció, su pareja estaba sufriendo, necesitaba consolarlo.

— Déjame cuidar de él.

Rogó desesperado, tenía que lograr persuadir al otro Alfa. Si iniciaba una pelea las cosas empeorarían, podrían llegar a lastimarse gravemente, ambos animales estaban alterados, Sungjae sólo intentaba ayudar a su amigo y Jimin sólo quería llegar a su pareja. Pero tenía que controlarse, Taehyung no estaba para soportar un enfrentamiento y Sungjae era muy especial para él, no quería enfrentarse a alguien tan importante para su Omega.

— Aléjate.

Sungjae bramó negando su petición y apretó celosamente a Taehyung sobre su pecho. El oso estaba empezando a perder los estribos, el animal estaba agobiado, sin saber cómo ayudar a Taehyung.

— No lo entiendes.

Jimin se exasperó. Podía sentir la agonía de Taehyung en su propio cuerpo, el lazo invisible que el destino les había dado estaba vibrando, atormentando a ambos, si no arreglaba las cosas el omega podía enfermar y empeorar. Volvió a intentar acercarse, pero Sungjae respondió violentamente intentando darle un zarpazo. Jimin retrocedió, intentaba comprenderlo, el oso no tenía idea de lo que estaba sucediendo, él sólo intentaba proteger a su manada.

— Déjanos en paz.

Sentenció. Jimin iba a volver intentarlo, pero Taehyung se removió con brusquedad entre sus brazos de dolor. Jimin cayó en sus rodillas cuando el dolor lo golpeó igual, como un rayo quemándole la espalda. Se sintió cansado, su cabeza palpitaba, no tenía fuerzas para seguir intentando.

— Llévatelo.

Jimin reprimió a su lobo que aulló desolado en su interior. Sus ojos se aguaron cuando vio a la figura de Sungjae desaparecer entre los pasillos. De pronto su pecho dolió y sintió sus ojos nublarse volviendo su mundo negro, se desplomó contra el suelo casi inconsciente, escuchando el llamado de Taehyung antes de desvanecerse.

Chillido TraviesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora