—Creo que me gusta Lute. Pero ella no me hace caso.
Eran las cinco de la mañana en un pequeño bar clandestino en el Cielo. La mayoría de clientes ya se habían marchado después de horas de fiesta desenfrenada y ya solo quedaban dos ángeles sentados en una mesa además de los empleados del lugar que estaba deseando empezar con la limpieza para marcharse al fin a casa. Pero para su desgracia no podían meterle prisa a los clientes de esa mesa. A ellos no podían decirles nada.
—¿Cómo que te gusta Lute? —Uno de los ángeles alzó la voz más de la cuenta por la sorpresa de aquella afirmación tan abrupta.
—Deja de gritar, zorra. —El otro ángel la empujó por el hombro para que volviera a sentarse. Solo estaban ellos en el local y lo último que quería eran rumores raros a su alrededor—. CREO que me gusta, no estoy seguro —suspiró mientras daba vueltas a los hielos de su copa ya vacía—. Quizás solo necesite echar un polvo y se me pasará.
—Todo lo arreglas con sexo...
—Obvio que sí, para algo soy la polla original —se jactó con orgullo.
El otro ángel suspiró. No era la primera vez que escuchaba aquella desagradable frase y sabía que tampoco sería la última. Adam siempre tenía que ser tan desagradable cuando se trataba de hablar con mujeres. En esos momentos se preguntaba por qué seguía siendo amiga de aquel egocentro hombre, pero después de tantos años se había acostumbrado a sus comentarios fuera de lugar y no podía negar que le tenía cierto cariño.
—Si siendo un gilipollas no consigues conquistarla, lo que me parece una sorpresa —comentó con un sarcasmo que el primer hombre no logró captar—, quizás necesites cambiar la estrategia.
El ángel era una chica con características de zorro, ojos oscuros y melena corta de color blanco. Su pelaje era anaranjado a excepción de algunas manchas blancas en forma de flor que recorrían su cuerpo. En ese momento solo se podía ver la que estaba en el lado derecho de su frente y una que sobresalía por su escote a la altura del corazón.
—¿Me vas a dar consejos para ligarme a una mujer? —Adam bufó algo escéptico por el ofrecimiento del ángel.
—¿Quién mejor que tu amiga lesbiana? —contraatacó orgullosa.
Adam golpeó la mesa con su copa, haciendo que las orejas de la chica hicieron un movimiento involuntario. A veces los sonidos fuertes la asustaban.
—Tú a mí no me engañas. —La señaló con desdén, dándole golpecitos en el pecho—. No puedes ser lesbiana, estás muy buena.
El ángel zorro puso los ojos en blanco. Misógino y homófobo y aún así seguía siendo su amigo.
—Has bebido demasiado Adam. No voy a dejar que vuelvas a beber Whisky, te sienta fatal. Además que lo sabes y sigues sin hacer caso. —Se giró para encarar a los camareros—. Y no se lo volváis a servir aunque yo no esté, ¿entendido? —Los camareros asintieron obedientemente—. Anda hombretón, vamos a casa.
El ángel solo era un poco más alta que una exorcista promedio así que, en comparación, Adam era un gigante borracho difícil de manejar. A pesar de esa clara diferencia de altura, la chica intentó ayudar a que el primer hombre se incorporara para abandonar juntos el bar mientras los camareros los despedían con una amplia sonrisa. Al fin podían volver a casa.
—Ya sabía yo que no eras lesbiana —se burló el hombre—. Eres como todas, deseando ir a mi casa.
Harta de las tonterías, se alejó de él haciendo que Adam se tambaleara al perder su punto de apoyo.
—Vete ya a dormir Adam. Y mucho ánimo peleándome mañana con la resaca que yo tengo que irme y lo sabes.
—Cierto, ya se te ha hecho tarde —contestó mientras se masajeaba la sien.
—Pero antes de irme te encargo una tarea. —El ángel sabía que se iba a arrepentirse por meterse en eso, pero no quería que la impotencia de Adam trajera problemas mayores—. Piensa en cómo puedes seducir a Lute, pero no te atrevas a hacer nada sin mi supervisión. Seguro que la cagas...
—Eres una perra sin vergüenza —gruñó el primer hombre.
—Y por eso por lo que llevas aguantando mi amistad tantos años —sonrió ella—. Seguro que los demás son demasiado aburridos. Bueno, me marcho.
Hizo el ademán de despedirse cuando Adam la detuvo.
—Espera, ¿has apuntado lo mío?
—Siempre lo hago, no te preocupes. ¿Te he fallado alguna vez? —Él negó—. Venga, nos vemos Adam.
Se giró y se despidió con la mano
—Hasta el mes que viene Kiki. ¡Escóndete bien!
—¡Que me llamo Sisi, pedazo de imbécil! —le respondió bastante enfadada.
Aquella era una curiosa amistad.
..........................................................................
Hola, hola, aquí estoy otra vez. La verdad es que quería esperar un poco más antes de empezar este nuevo fic, pero soy muy impaciente así aquí está el primer capítulo. Iré actualizando cuando vaya pudiendo.
Dejo en claro que esta historia no es del mismo estilo que Desterrada aunque espero que guste igual. Y espero que le deis mucho cariño a mi OC, que hace mucho que no creo uno, que es la que va a guiar al primer hombre en su aventura por conquistar a Lute.
Y pido perdón por cualquier comentario presente o futuro que vaya a hacer Adam, pero si fuera políticamente correcto no sería él ni sería tan divertido escribir su parte.
A, le creo que era todo. Nos vemos en el próximo capítulo.
Os quiero <3

ESTÁS LEYENDO
Siete meses para enamorarla
Fanfiction-Creo que me gusta Lute. Con esta confesión del primer hombre empieza esta distendida historia. Todos sabemos que Adán no es el hombre que tiene más tacto con las mujeres y por eso recurre a la ayuda de su amiga Sisi para que le guie en el camino pa...