Sisi se llenó de asombro con lo que encontró en el almacén el día de la siguiente escena. Como siempre los camareros la estaban esperando junto a Adam. Pero lo que no se esperaba fue encontrarse también allí a Lute.
—Parece que este mes no tengo que preguntarte cómo ha ido la cosa ¿no? —le preguntó a su amigo con la ceja levantada.
—Quizás sí tengas que preguntar —comentó el primer hombre intentando hacerse el interesante.
—Tienes el cuello lleno de mordidas. —Sisi comentó cruzando los brazos—. No tengo que preguntar nada más porque sé que si lo hago me vas a dar más detalles de los que me gustaría escuchar.
Lute giró la mirada para comprobar el cuello del primer hombre y se sonrojó enormemente al ver las mordidas y chupetones que había dejado a lo largo de aquel primer mes de relación. Estaba segura de que había tenido más cuidado con no dejar marchas en lugares visibles.
—Ya sabía yo que eras una mujer de carácter, Lute —le dijo Sisi llena de orgullo—. Justo lo que necesita este hombretón.
—Pero, ¿qué dices, zorra? —gritó Adam indignado.
—¿Por qué no entiendes que tú no necesitas una mujer sumisa en tu vida? Lo que te hace falta es una que te deje las cosas claras, primer hombre. Que tengas un trauma con Lilith no significa que no sea lo que necesitas.
Adam gruñó pero no la contradijo. A lo largo de ese mes había descubierto que Sisi tenía razón. Era mucho más feliz dejando que fuera Lute la que tuviera el control de la relación.
—Deja de gruñir y disfruta. Me alegro de veros juntos. Hacéis muy buena pareja. —Les felicitó con un cálido abrazo—. Entonces, ¿qué? ¿Vienes por lo tuyo, hombretón? ¿O quieres pedirme algo tú, Lute? —quiso saber preguntando con picardía.
—No sería mala idea pedir algo para nosotros, pero no venimos a eso —dijo Adam después de divagar
—¿Me he metido en problemas? —preguntó Sisi con un puchero infantil.
—Es solo que...
—¿Cómo puedes llegar aquí arriba? —inquirió Lute cuando vio que Adam no era capaz de decir nada.
Sisi se tensó. Miró a todos lados y se aseguró de que ya se habían llevado todos los pedidos. Ya se encargaría de anotar los nuevos más tarde. Cerró la puerta del almacén y habló con sinceridad con los dos ángeles.
—No puedo darte todos los datos. —Negó con la cabeza—. Ni quiera Adam lo sabe. —El primer hombre asintió—. Cada contrabandista se encarga de que clientes e intermediarios no sepan nada del proceso para salvaguardarnos a todos. Colaboro con la nobleza del Infierno y varios overlord para traer material de contrabando al Cielo.
—¿Hay pecados implicados? —Lute quería sacarle a Sisi toda la información que podía.
—Algunos —Ella colaboraba con Asmodeus, pero imaginaba que el resto trabajaban con otros contrabandistas—. Tampoco puedo darte más información, Lute. Sería peligroso
—¿Para ti? —preguntó escéptica.
—Para todos. ¿De verdad crees que solo habría consecuencias en el Infierno si se descubre que tanto las almas de los ganadores como los propios nacidos en el Cielo van por el paraíso hasta arriba de coca?
—O sea que eres una pecadora.
—Sip —afirmó orgullosa la contrabandista—. Ya te dije que no tuve una vida fácil, así que supongo que lo que hice para no morir de hambre me llevó aquí abajo.
—¿Cómo abajo?
—Estáis en mi apartamento —afirmó Sisi señalando la habitación en la que estaban—. El portal conecta el Cielo y el Infierno, con mi apartamento concretamente. Anda, volvamos arriba que se va a cerrar el portal pronto y lo que me faltaría sería teneros por aquí.
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Siete meses para enamorarla
Fanfic-Creo que me gusta Lute. Con esta confesión del primer hombre empieza esta distendida historia. Todos sabemos que Adán no es el hombre que tiene más tacto con las mujeres y por eso recurre a la ayuda de su amiga Sisi para que le guie en el camino pa...