El emperador dragón

15- Cuentos de bang sin se

Azula había estado paseando en el futón por un tiempo, todavía oliendo a Katara, y eso la estaba volviendo loca. ¿Desde cuándo dependía tanto de alguien? ¿O tal vez fue simplemente el cambio de rutina? Azula suspiró profundamente.

Al darse cuenta de que no iba a dormir, decidió levantarse y coger un libro de la pequeña biblioteca que la maestra agua había formado en cuestión de meses.

Esto definitivamente no la estaba ayudando a no pensar en Katara.

Aun así, decidió buscar un libro en la minibiblioteca. ¿Por qué no aprender algo sobre medicina en mitad de la noche? Buscando, encontró uno que no trataba sobre medicina. Se trataba de las costumbres de las Tribus Agua.

Por muy testaruda que fuera, debía haber estado sintiendo una nostalgia insoportable durante un tiempo.

Entonces Azula comenzó a leer, tratando de asegurarse de que cada palabra del libro no la hiciera extrañar aún más a la maestra agua.

Por el bien de Agni, controla a Azula.

Después de todo, el miedo de que Katara se diera cuenta mientras ella no estaba allí de que su relación era una mala idea y que merecía a alguien mejor no había desaparecido, sino todo lo contrario.

Entonces empezó a leer para dejar de pensar.

Azula tenía sueño pero no podía dormir más de las pocas horas que tenía, así que en cuanto vio salir el sol, lo primero que hizo después de levantarse fue ir a la casa de Osha.

Cuando Osha abrió la puerta, la miró de arriba abajo, preocupada.

"Espíritus arriba, te ves horrible", la anciana se hizo a un lado para dejarla entrar, y cuando lo hizo, cerró la puerta sin dejar de mirarla.

Azula se sentó en uno de los cojines que la anciana tenía en el suelo junto a una pequeña mesa mientras se cubría el rostro con las manos. "Gracias, siempre es bueno escucharlo".

Osha se rió y comenzó a preparar el té favorito de Azula, al ver que necesitaba consuelo. "¿No dormiste bien?"

Azula simplemente gruñó, confirmándolo. "No entiendo por qué esta dependencia estaba bien hace meses, yo estaba bien por mi cuenta, y ahora que Katara se ha ido, ya no soy un ser humano funcional".

Osha quería discutir sobre eso, pero al ver los círculos oscuros bajo los ojos de Azula y su estado de ánimo, decidió adoptar un enfoque diferente. "¿Por qué no fuiste con ella?"

"Su familia me odia". Azula se levantó para agarrar las tazas de té mientras la anciana las llevaba a la mesa.

Tan pronto como la princesa volvió a sentarse, Osha comenzó a servir el té. "Pero aún no los has conocido, ¿verdad? Nunca se sabe".

Azula, al darse cuenta de que tal vez acababa de cavar un hoyo, rápidamente pensó en cómo evitar decir que luchó contra toda su familia y mató a su exnovio, pero tampoco mentirle descaradamente a la anciana que confiaba en ella. "Soy una maestra fuego y mi nación mató a su madre".

Osha la miró por unos segundos, como debatiéndose qué decir, y con una sonrisa, ella respondió: "Pero tú no eres tu nación".

Como princesa, esas palabras la lastimaron; Como Azula, esas palabras la tranquilizaron.

"Aun así", pensó Azula, mirando su taza de té.

Osha la miró con simpatía y tomándola de la mano le dijo: "Yo no he tenido hijos, entonces no he tenido que afrontar esa situación. Pero si tuve una hija, ella me presentó a su novia, y ellas la miraron". el uno al otro con la adoración mutua que ustedes dos sienten, eso sería lo primero".