Una venezolana en BNHA

¿Se terminó?

-oi Angélica- escucho su voz pero está muy lejos de mí, solo quiero estar aquí donde me siento tranquila y no en constante peligro.

No sé dónde estoy, me encuentro acostada en un piso no siento ni frío ni calor solo mi cuerpo en reposo mientras escucho una voz que me llama, cada vez la escucho más lejos.

-Hola Angélica- solo sigo viendo hacia arriba, está oscuro pero no tengo miedo, solo oigo la voz

-Hola- respondo en automático

-¿Que haces ahí tirada?- Si, ¿Porque estoy aquí?

-Yo, no lo sé- hago una pausa- solo me siento bien aquí- escucho una risa muy suave proveniente de detrás de mí

-Eso es bueno, ¿Quieres levantarte y acompañarme?- siento mi cuerpo un poco pesado pero aún así me levanto

-¿A dónde vamos?- solo camino derecho sin dirección concreta, a veces voy a la derecha y a veces a la izquierda pero siento que es correcto el camino

-Solo caminemos un poco- después de unos pocos minutos veo frente a mí una puerta -Entra ahí- se detiene a mi lado

-¿No vas a venir conmigo?- ¿Porque le hablo como si fuéramos amigos? ¿Porque le tengo confianza? ¿Porque me duele el pecho con cada paso que doy mas cerca de esa puerta? ¿Que hay ahí? ¿Porque no viene conmigo? ¿Donde estoy? ¿Dónde están los demás? ¿Porque está lleno de sang-

-Todo está bien Angélica, puedes ir tranquila- pone su mano en mi hombro- Yo cuidaré de todos por tí, no tienes porqué sentir culpa de nada- ¿Culpa? ¿Porque sentiría culpa? ¿Que está pasando? ¿Porque estoy tan tranquila?

-¿Puedo irme?- No, no quiero irme ¿A dónde? ¿Que me pasa?

-Si, solo sal por ahí y todo estará resuelto Angélica, nosotros te estaremos esperando del otro lado- siento como su mano me empuja despacio más cerca de la puerta.

Mi cuerpo se dió la vuelta quedando de frente a la puerta y dí un paso adelante, aquella voz que me llamaba ya no la oigo ni siquiera un poco.

-¿A dónde me llevará esto?- mi voz suena tranquila.

-¿A dónde quieres ir?- Yo, ¿A donde quiero ir? Quiero ir con los chicos, quiero que todo esto termine, quiero que dejen de seguirme, quiero que dejen de estar en peligro por mi culpa, quiero estudiar en las tardes con Izuku, quiero jugar hasta tarde los fines de semana con Sero y Denki, quiero entrenar con Kirishima, leer comics con Mina mientras escuchamos la música de Jiro, quiero recostarme en la habitación de Katsuki mientras estudia y hablamos de todo y de nada.

-Quiero ir a casa- mi mano se posa en el pomo de la puerta- Por favor llévame a mi casa- trato de abrir la puerta pero siento un tirón hacia atrás, mi cuello duele, toso y escupo sangre, mis piernas están débiles, no siento los brazos y sin embargo no suelto el pomo de la puerta, mis oidos empiezan a soltar hilos de sangre al igual que mi boca- ¿Que está pasando? ¿Que es todo esto?- siento su mano otra vez en mi hombro

-Para todo hay un precio Angélica, tu quieres ir a casa y yo quiero que te vayas de aquí- su mano pesa y su voz que al principio era tranquila ahora es gruesa y más alta- Te necesito así como tu a mí, yo te llevaré a casa pero primero me harás un favor- puso su mano en mi mejilla y abrió mi boca, después solo caí acostada boca arriba donde solo veía un cielo oscuro y muchas estrellas. No siento nada y no oigo nada.

Tengo paz.

(...)

-Aizawa-sensei- llega un Denki corriendo a la sala de profesores- tenemos un problema- se pone de pie rápidamente.

-¿Que sucede?- ambos van corriendo por el pasillo hacia los salones

-Es Angélica, ella solo salió del salón hacia donde estábamos nosotros y nos atacó- Aizawa se detiene de golpe y mira a Denki- tratamos de hablar con ella pero solo sigue atacando y Bakugo me mandó por ayuda así que pensé en usted-