Cecil
Septiembre
—Aumenta la velocidad, Cecil— indicó mi instructora.
Bad girl, pronto saldría a la venta, ese iba a ser el nombre de mi nuevo álbum, por ende, me tenía que comenzar a ejercitar ya que con una nueva discografía tenía que hacer una gira y necesitaba tener una buena condición; aunque de nada servía, estaba más delgada que de costumbre, pero saltándome las comidas, o los atracones que me daba y aumentando el ejercicio excesivo, no podía esperar mucho.
Estaba consciente de que estaba mal, pero no podía pedir ayuda, mi madre sabía lo que me pasaba, sin embargo, seguía insistiendo que era una forma de llamar su atención. Mientras mi cuerpo se mantuviera atractivo, ella pensaba que todo estaba bien.
Tampoco quería decirle algo, mi carrera tenía que ya ser un éxito y ya no tanto por el deseo de pequeña, sino por una necesidad que me hacía sentir estancada. Porque los deseos son bonitos, aquellos propósitos que los pintábamos de colores son una gran motivación para seguir adelante, pero en un instante esos deseos se convirtieron en una pesadilla.
Tenía que lograrlo.
Y para eso estaba Marck, tal vez esta vez no importaría si las letras de mis canciones eran malas, mientras estuviera con él, probablemente la gente me respetaría y así tendría éxito.
Quería todo una vida, pero como siempre me tocaba conformarme un tiempo a corto plazo.
—Vamos linda, otro más— volvió a decir.
Ni siquiera me di cuenta del momento en el que cambie de ejercicio, estaba haciendo sentadillas con unas pequeñas mancuernas moradas en mis manos. En ese momento no sentía los vestigios del ejercicio eso vendría después.
—Listo—jadeé.
La rutina había terminado, pero no me permitía descansar, tenía que ir al estudio de grabación, ya que esta iba a ser la última. Sali del gimnasio y la camioneta ya estaba esperando por mí. Llegamos a uno de los estudios más grandes de LA "Real sound studio"
El productor era uno de los mejores dentro de la música, producía a artistas grandes, por ende, no entendía porque seguía con nosotros, a pesar del dinero que le daba Georgina, sabía bien que las ganancias por mis álbumes no eran buenas y nadie en su sano juicio aceptaría eso.
Los guardaespaldas me ayudaron a bajar, los fotógrafos cada vez estaban más salvajes.
Estaba cansada de ellos.
Cuando me adentré, fui feliz de ver las paredes grises iluminadas con patrones de colores, la mesa en donde se encontraban los botones para el sonido, y mis ojos brillaron cuando vi la cabina cubierta del cristal, con un micrófono y audífonos esperando por mí.
Este siempre será mi lugar feliz.
No cantaba lo que quería, pero sin duda disfrutaba hacerlo.
—Llegas tarde—reprimió Andrew.
Observé mi reloj, y rodé mis ojos, habían sido apenas cinco minutos de retraso; pero las noches en Los Ángeles especialmente los sábados son caóticos.
—Solo son cinco minutos—pase por su lado restándole importancia.
—Vamos hermano, tenemos tiempo—agregó Martin, mi productor.
Su sonrisa radiante hizo que le imitara el gesto, él es una persona muy relajada que le gusta ver fluir la vida. Se levanto de su asiento y abrió sus brazos caminado hacia mí.

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Green queen [#1]
Teen FictionEl debut musical de Cecil Thalassa no fue como se esperaba, tenía odio de millones de oyentes, ni siquiera estaba en algún top musical, conciertos sin llenar, múltiples críticas hacia ella que iban más de lo profesional y una vida privada que ya no...