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Marck 

Mayo

Exactamente había confiado en dos personas para que se encargaran de mis asuntos. Jason y Malena, pero de repente el mundo giro tan rápido que Cecil se convirtió en la número uno sin siquiera intentarlo.

Ella era la única a la que le podía confiar mis miedos y uno de ellos era perderla.

Insisto, el mundo gira tan rápido.

Pero fue el momento de Malena, sabía que estaba con lo de su investigación, aunque también estaba consciente de que ella conocía la empresa tanto como yo. Cuando me fui a Londres no la había dejado desempeñarse como se debía, ya que tenía el suficiente tiempo para poder hacerme cargo desde lejos.

Días antes del lanzamiento del álbum de Cecil, nos fuimos lejos porque ella así me lo había pedido.

—Escapemos de esto Marck—dijo adormilada. Estaba agotada.

Su cabeza se encontraba apoyada en mi pierna mientras yo acariciaba su cabello.

—Pensé que quieras estar aquí para esto.

—Y no estas equivocado—me encaró aún recargada en mi pierna—, pero no quiero escapar de la música, sino del espectáculo en el que ambos vamos a estar involucrados después del lanzamiento.

Nadie sabía que Moon era Cecil. Su estrategia para ese descubrimiento se basó en ir dejando pistas, tanto en sus redes sociales como en sus canciones. Me dio un escalofrió cuando me estaba contando cada detalle.

El fin de esto era que nadie creyera que fuera ella, pero cuando se supiera la verdad, por fin el mundo la conocería.

A pesar de eso, su preocupación era palpable. Entendía a lo que se refería, había pasado por tantas críticas que incluso le daba miedo respirar de más por miedo a ser juzgada. Pero me tenía a mí y nada malo le pasaría estando a mi lado.

—Te amaran— la mire a los ojos esperando que sintiera mi apoyo.

—¿Y si no?

—Obligare al jodido mundo que vea lo que realmente eres, al grado que se arrastren por ti.

Soltó un suspiro sonriendo, y aunque no lo creyera yo haría de todo para que ella estuviera donde tanto deseaba.

Así que después de eso, decidimos escapar a Moorea, un archipiélago dentro de Polinesia Francesa.

Lejos del mundo, lejos de las cámaras y lejos de los miedos.

Esperaba a mi novia dentro del hangar que Jason me ofreció para poder guardar mi jet. Él pudo haber piloteado mi viaje, pero estaba ocupado en una cosa, tenía un nombre de humano, pero dudaba que fuera un nombre, era tan horrible que ni siquiera lo recordaba, parecía a algo como antílope.

—¿Esta vez sí va enserio? —inquirió Malena acomodándose la gafas.

—Si—simplifique. Ni siquiera sabía porque me había acompañado.

Le reste importancia a su presencia. Estaba más ansioso de ver a Cecil, después de la noche que planeamos el viaje, nos dejamos de ver porque a ambos se nos había juntado trabajo y el poder vernos se dificulto.

—¿Hay algo que deba saber?

Las preguntas de Malena eran tan innecesarias como necesarias. Solo lo hacía por mantener un cierto control y no podía quejarme de ello, ella sabe exactamente cuáles son mis movimientos.

—Solo cuidado con ML23.

—¿ML23? —se giró a verme frunciendo el ceño.

Oculte una sonrisa. Había diseñado un sistema que ayudaba mantener todo un orden y si llevaba sus iniciales era porque hacia su misma función.

Green queen [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora