𝑴𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 [🇬🇹 𝒙 🇵🇪]

Parte 12

—Ustedes son un par de... Demonios, mi nariz —se quejó al poder probar un poco de su sangre que se deslizaba por su labio.

—¡Él empezó! —se señalaron los dos al mismo tiempo, México quiso golpear al colombiano pero este lo empujó contra la pared haciendo que el cuadro de su familia se cayera de su lugar y fuera a golpear la cabeza del pelinegro —¡Verga!

—¡Avergüenzas a esta familia! ¡Nadie te quiere, nadie te va a amar! —gritó enojado —Perú se irá de tu lado... ¡Te dejará plantado en el altar! —Guatemala quiso contestarle al rubio de no ser por el silencio que se formó, pensó que su hermano menor se defendería y solo vio a un pensativo México que, aunque lo llamara, no daba respuesta.

—Perú prometió ser una buena esposa para mí... Si tanta educación tiene, no creo que rompa su promesa... —respondió dejando solos a los otros dos. Su corazón se oprimía con cada paso que daba para llegar a su habitación.

El recuerdo de Perú llegó a su mente, esos ojos llorosos y tristes viéndolo con miedo helaban su alma, podría ser un detonante para que ese doncel puro lo dejase y para su mala suerte, su prometido era codiciado por muchos hombres poderosos, ni en su familia podría estar tranquilo salvo que, su hermano mayor era la excepción, Guatemala jamás lo traicionaría, jamás se fijaría en su futuro esposo.

—¡Hasta el doncel más fiel a su palabra puede arrepentirse al tenerte a TI de marido-

—¡ES SUFICIENTE, COLOMBIA! —gritó enojado el guatemalteco —YA ESTOY CANSADO DE SUS PELEAS Y DENIGRACIONES ENTRE USTEDES, SI SON HOMBRES COMPÓRTENSE COMO TAL.

Los dos agacharon sus miradas avergonzados por el regaño de su hermano mayor y más el mexicano que se había detenido a mitad de camino, Guatemala podría ser un hombre paciente pero siempre que lo sacaban de sus casillas podría ser muy hiriente e influenciaba terror.

Después de haber gritado con pesadez pasó su mano por sus cabellos pensando en que hacer ahora, su futuro cuñado se había llevado una mala impresión de su hermano y familia, era un desastre, todo lo que venía de las acciones de México eran un caos y desastre asegurado.

Tomó la decisión de ir a la casa del doncel y hablar con él.

Disculpar a su hermano y conversar sobre la boda, quería conocer al nuevo Perú, no lo veía desde que él era un adolescente y el bicolor, un niño.

[...]

—¿¡PORQUÉ ACEPTASTE!? —gritó triste y molesto.

Su hermano lo vio con su cara deprimida, Argentina cerró sus ojos con fuerza sin querer verlo.

—Quería terminar con todo esto, perdóname hermanito —dijo en un susurro aguantando sus ganas de llorar.

«No caigas, Argentina, no mires esos ojos tristes ni esa tierna cara...» pensó cruzando sus brazos «Ni su puchero... No puedo»

—Está bien, tesoro, ya no llores que se te hincharán los ojitos —consoló limpiando las lágrimas del rostro de su hermano.

...
Debió ser difícil para alguien como Perú lidiar con todas esas nuevas emociones, siempre su padre y él lo mantenían alejado de todo hombre ajeno a su familia, no querían que cualquiera anduviera con ese pequeño sol que alumbraba sus días y que capaz, si le tocaba un mal hombre apagaría su bella luz resplandeciente...

—Te quiero mucho, Arge.

—Yo más... Yo te quiero más, mi tesoro.

... pero Perú ya no era un niño para que lo protegieran del mundo.

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