Parte 4

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¡ERES UN GRAN HERMANO! gritó el entrar a su casa.

Guatemala miró confundido al mexicano, Colombia también lo hizo.

¡GRACIAS! ¡GRACIAS! exclamó abrazando al guatemalteco.

¿Qué sucede? preguntó el colombiano dejando su taza de té a un lado.

—¡Perú me dará otra oportunidad! —gritó feliz.

Oh... Que mal, mamá ya iba a comprometerme con él dijo con una sonrisa dándole un sorbo a su té, México dejó a Guatemala para ver a su otro hermano.

—¿Qué dijiste? ¡Acaso quieres morir!

—No jaja~, es que... Me gusta mucho, ese lindo chico con mejillas pecosas y cabello rojo carmín ha sido la fuente de mis deseos impuros. Tú más que nadie sabe del placer que te puede dar un doncel, has estado con más de uno, estás más usado que las carreteras de estas tierras —dijo con una sonrisa ladina y sutil, los puños del mexicano temblaron por la fuerza que ejercía para cerrarlos.

—Colombia basta interrumpió el guatemalteco posando su mano en el hombro del de escudo de águila.
Ve a tu habitación, México.

¡NO! ¡ESTE HIJO DE LA VERGA VA A PAGAR POR INSINUARSE CON MI DONCEL! gritó queriendo golpear a su hermano.

—Ves, Guatemala, es otro de los motivos por el cual él no debería casarse con una belleza como Perú. El pobre se moriría de vergüenza al tener a un marido como él, un salvaje —pronunció burlón e hiriente.

—¡TÚ-

—México, por favor, vete a tu habitación.

—Maldito adicto de mierda susurró quitando de mala gana la mano de su hermano mayor de su cuerpo, al caminar a su respectiva habitación iba maldiciendo a sus hermanos, tenía el ceño fruncido y quería desquitarse con alguien.

Una joven sirvienta pasó por su lado llevando unas mantas para lavar al río.
Sus miradas se conectaron y la muchacha le sonrió coqueta, no sería la primera vez que se le insinuaba.

México iba a acceder pero recordó la promesa que le había hecho al pecoso doncel, siguió su camino dejando a la chica desilusionada.

...

—¿Era necesario que le dijeras eso?

—Sí, fue divertido verlo molesto, además era para demostrarte que él no le hará ningún bien a Perú.

No niego eso, es impulsivo.

—Y mujeriego, no puede mantener su "cosa" fuera de una mujer ni hablar de los donceles que ya a tocado.

Es repulsivo.

Guatemala suspiró al darle la razón a su hermano, Colombia aunque era un hijo de puta con muchos no era mentiroso con él.

Un joven como Perú, él era tan frío y a la vez tierno, responsable y obediente, hermoso a simple vista que cualquiera llegaba a amarlo y desearlo, con esos ojos dorados como el brillo del mismo oro al reflejarse al sol hipnotizaba a cualquiera.

Mientras su hermano era..., bueno, su hermano.

Aunque no le gustaba, las características resaltantes y buenas de su hermano eran aplastadas por su libertinaje.

—Exacto, no sé que pensaba nuestra madre al comprometerlo con Perú, son tan opuestos...

—Él debería tener a un buen hombre a su lado...

—Sí, cómo-

cómo yo interrumpió sin pensar. Colombia lo vio perplejo ... O sea, ¡yo me considero un buen hombre...! ¡Tú también lo eres! ¡Los dos somos buenos hombres para el señorito Perú! Perdón, lo que quise decir es que ambos somos buenos hombres habló nervioso —Jaja... Iré a caminar —dijo rendido por lo que había dicho.


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𝑴𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒖 [🇬🇹 𝒙 🇵🇪]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora