Mi Alfa - Juantin AU

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POV: Martin

La primera gala ha ido sobre ruedas. Mi actuación con Alex no ha sido de las mejores, ni de lejos, pero al menos no he quedado nominado. Alex ha quedado en duda, pero ha sido salvado, cosa que me alegra muchísimo. Y Juanjo… Dudo que se le de mal algo, a este chico. Follar, desde luego que no.

¿Pero qué estoy diciendo? La verdad. No se le da nada mal. Pero no puedo pensar en eso. Me marcó para hacernos un favor a ambos, para que deje de estar en celo y ambos podamos centrarnos en la música, que es a lo que hemos venido. A demás, me lo remarco muy bien, cuando me dejo en la cama. Lo hizo por él mismo.

Es miércoles por la tarde. Pol y yo estamos tomando el sol en la terraza, aprovechando la hora libre que tenemos.

– Que tranquilidad. – dice él, con los ojos cerrados, para disfrutar más de la cálida sensación de los rayos de sol.

– Luego tenemos Vicky. – digo, emocionado – ¿Crees que nos hará bailar?

– Supongo. Pero espero que no sea nada muy complicado.

– Seguro que no bailas tan mal. – digo yo, intentando animarle.

– A ver si me dices lo mismo, cuando empiece a pisarte por error. – bromea, haciéndome reír.

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POV: Juanjo

Estoy saliendo de la clase de Abril, con Cris. Al parecer nuestra hora con ella ya ha acabado, aunque el timbre no haya sonado.

De camino a la “cocina”, oigo la risa de Martin y podría jurar que mi corazón se ha detenido por un segundo. ¿Qué me pasa?

– Que mono es Martin. – dice Cris, a mi lado, quien también está mirando a la terraza, donde están el mencionado y Pol – Si no fuera tan tierno, me lo haría, porque no está mal, el chaval. – dice, como si nada.

– ¿Pero qué dices? – digo, molesto y ni siquiera sé porqué.

– Pues lo que pensamos todos.

– ¿Qué? – pregunto, cada vez más atónito por las palabras del otro.

– Ah cierto, que tú no estabas. – dice – Ayer en las duchas, estábamos todos los chicos menos tu, Martin y Alvaro y estábamos haciendo un ranking de quien nos parecía más atractivo o atractiva. – empieza a contar – Todos coincidimos en que Martin era nuestra debilidad, pero que lo veíamos demasiado inocente, como para hacerle nada.

– Si vosotros supierais… – susurro, tan flojo que el ni siquiera entiende lo que digo.

– ¿Qué has dicho?

– Nada, nada. Que en que posición me pusisteis a mi. – miento, intentando que no se note mi molestia.

Porque si, me molesta que todos se fijen en Martin de ese modo. Porque no tienen ningún derecho a fijarse en él. Porque Martín es mío. ¿Pero qué estoy diciendo? ¿Qué coño me pasa?

– Bastante alto, también. – dice Cris, contestando mi “pregunta”.

– Pues muy bien. – digo, yendo para la “cocina”, para llenar mi botella de agua.

– ¿Estas bien?

– Si. ¿Por?

– No se, te noto tenso.

– Estoy bien, Cris. – miento, porque no es verdad.

No estoy bien. ¿Cómo se supone que tengo que estar bien, si Martin está “solo” con Pol, quien ha admitido que Martin es su “debilidad”? ¿Qué coño me pasa?