POV: Juanjo
– No quiero irme. – le susurro a Martin al oído – No quiero separarme de ti.
Ambos estamos encerrados en uno de los baños. Yo estoy sentado en el retrete y él a horcajadas encima de mis piernas. Martin rodea mi cuello con sus brazos y yo su cintura con los míos. Mi cabeza reposa en su hombro izquierdo, justo encima de mi marca y mi cara queda escondida en su cuello, permitiéndome inhalar su esencia, que es de las pocas cosas que puede relajarme, junto con el contacto físico con él.
– Yo tampoco quiero separarme de ti. – susurra él – Pero solo van a ser dos días. Pasamos Navidad con nuestras familias y, a la que nos demos cuenta, volveremos a estar aquí, juntos.
– ¿Se lo vas a decir a tu familia?
– Tampoco es que tenga opción. Me será imposible ocultarles la marca. – dice – ¿Y tú?
– Será de las primeras cosas que les voy a decir. – susurro, antes de mover levemente mi cabeza, para poder besar la marca y, aunque sea por encima de la tela, él reacciona de la misma forma de siempre: con la piel erizada y temblando levemente – Te amo. – le susurro al oído, antes de besarle la mejilla.
– Te amo. – susurra él, antes de besarme en los labios – Prométeme que nada va a cambiar entre nosotros, cuando volvamos. Prométeme que no te dejarás influenciar por lo que tu familia pueda decirte. Prométeme que no me vas a alejar de tí.
– Lo único que va a cambiar entre nosotros, es que cada día te voy a querer más, mi Omega. – digo, juntando nuestras frentes y él sonríe, con las mejillas rojas.
El timbre suena antes de que cualquiera de los dos pueda decir nada más, en señal de que ya es hora de cenar.
******
El momento ha llegado. Me despido de Martin con un abrazo que tranquilamente ha durado más de cinco minutos, aunque a mí solo me han parecido cuatro segundos. Para hacer la “separación” más amena, ambos llevamos ropa del otro para, al menos, tener algo que huela al otro. Por su parte, Martin tiene en su mochila una carta que le escribí el otro día en donde, a parte de decirle lo mucho que lo quiero y lo mucho que deseo no separarme de él ni un segundo, también le he escrito el numero de telefono de mi madre, para que pueda llamarme.
Cuando llego a Magallón, no puedo creerme lo que veo: a todos los habitantes del pueblo en frente de mi casa, con pancartas enormes con mi cara y mi nombre.
Tras hablar un poco con todo el mundo, entro a mi casa, agotado. Pero no me voy a la cama, no. llamo a mis padres y a mi hermano al salón, para hablar con ellos.
– Tengo que deciros algo.
– ¿Qué pasa, hijo? – pregunta mi madre, que parece un poco preocupado.
– He encontrado a mi Omega. – digo, directamente y sin preliminares.
– ¿Qué? – pregunta mi padre, sorprendido.
– Por favor, dime que no es ese Alvaro. No pegáis ni con cola. – dice mi hermano, rompiendo la tensión del momento, haciéndome reír.
– No es Alvaro, no. – digo, aún riendo.
– Es Martin, ¿a qué sí? – pregunta mi madre, con una sonrisa.
– ¿Cómo lo sabes? – pregunto yo, confundido.
– Soy tu madre, Juanjo. Te he parido y sé como eres. – dice ella, como si fuera la cosa más evidente del mundo – Nunca te he visto mirar a nadie de la misma forma que miras a Martin.
– Pues si. Es él. – digo, sonriendo como el enamorado perdido que soy.
– ¿Y ya os habéis vinculado?
– ¡Javier! – le riñe mi padre, haciéndome reír.
– Si. Estamos vinculados. – contesto la pregunta de mi hermano, cuando me calmo – Por cierto, en algún momento Martin te llamará, supongo, que le he dado tu numero para poder hablar.
– ¿No podéis estar ni dos días sin hablar? – pregunta mi hermano, chinchandome.
– No te metas con tu hermano. – le dice nuestro padre – Algún día encontrarás a tu Omega y entenderás la profundidad que tiene el vínculo, hijo.
******
Oigo sonar el móvil de mi madre y salgo corriendo de mi habitación, viendo que efectivamente, sale el nombre de la madre de Mertin en la pantalla. ¿Ya se tenían agregadas? Sinceramente, eso ahora mismo me da igual. Sin siquiera sorprender a nadie de la casa, cojo el móvil y contesto la videollamada, encontrándome con la cara de mi Omega.
– Hola. – saludo, con una sonrisa boba.
– Hola. – saluda él, con la misma sonrisa y todo mi cuerpo se relaja de golpe – Dios, no sabes lo mucho que necesitaba escuchar tu voz.
– Lo mismo digo. ¿Ya has leído la carta? – pregunto, al entrar a mi habitación y él sonríe, mientras asiente con la cabeza.
– Es preciosa. He llorado y todo. – admite él, con las mejillas rojas – Te echo de menos. – dice, con un adorable puchero que me derrite el corazón.
– Y yo a ti. No sabes cuanto, de verdad. – digo yo – Estoy deseando volver ya a la academia para poder abrazarte y estar pegado a tí todo el día.
– Te amo. – dice él y mi corazón empieza a pegar saltos como loco.
– Te amo. – digo yo – ¿Ya has hablado con tu familia? – él asiente con la cabeza – ¿Qué te han dicho?
– Que les encantas en el veinticuatro horas y que están deseando conocerte en persona. – contesta – ¿Y tú?
– Mi madre ya suponía que eras tu, mi hermano ha hecho un par de bromas y mi padre lo ha aceptado sin más. Así que está todo bien. – digo, encogiéndome de hombros – Tampoco es que me hubiera importado, si se hubieran opuesto. Tu eres mi Omega y yo soy tu Alfa y eso nadie lo va a cambiar.
– Calla que lloro. – dice, con los ojos cristalinos.
– Mi chico. – digo, muerto de la ternura – Ojalá pudiera atravesar la pantalla para abrazarte.
– Sólo quedan menos de cuarenta y ocho horas para volver a vernos. – dice, más para tranquilizarse a sí mismo que por otra cosa – Tengo que colgar. – dice, con un puchero, tras oírse unos gritos – Toda mi familia está viniendo a casa, para verme.
– Hablamos luego, pues. – digo – Te quiero, mi Omega.
– Te quiero, mi Alfa. – dice él, antes de colgar.
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Y aquí tenéis el capítulo de hoy!!!
No sé cuando voy a poder subir otro (seguramente, hasta la semana que viene no voy a poder), que este finde són las fiestas mayores en mi pueblo y entre eso y el curro… las gracias tendré que dar, si consigo tener cinco minutos para descansar un poco 😅
Espero que os haya gustado 💕
PD: ya tengo hecha la portada de la próxima historia, que se titulará: “En guerra”. Aquí la tenéis:
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Mi Alfa - Juantin AU
FanfictionMartin Urrutia, concursante de OT2023 estaria encantado de estar en la academia, si no fuese porque, entre los otros 15 concursantes, hay un Alfa y, por suerte o por desgracia, no le quedan muchos bloqueantes para el celo.