1 - ¿¿NIÑERA??

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~WENDY~

- Venga, dilo ya tía - Dijo Emily.

- Te gusta, ¿o no? Es muy fácil decidir Wen.

- Yo sonreí y miré a Naya que me miraba fijamente.

- No sé - Dije riéndome.

- Pero, ¿Luke? En serio tía, no te pega nada - Dijo Luna mirándome y llevándose otro chicle a la boca.

Emily, Naya y Luna son mis mejores amigas, somos un grupo de cuatro y nos conocimos este año cuando entramos a la universidad. Al principio fue difícil llevarnos bien pero luego acabamos entendiéndonos las unas a las otras y ahora somos inseparables. Cuando llegué a la universidad decidí que no me quedaría en una residencia dentro de ella, así que preferí alquilar un apartamento y compartirlo con más personas. Lo que menos me esperaba es que nos llevaríamos tan bien en tan poco tiempo.

- ¿Salimos hoy? Nos han invitado a una fiesta - Dijo Luna sacándome de mis pensamientos.

- ¿Y quién nos ha invitado? - Preguntó Emily, y Luna me miró.

- Sam.

Sam era mi ex novio, al que según una parte de mi ya había superado. Él prefirió engañarme con Lilian, su actual novia, la que era mi mejor amiga. Por suerte eso ya pasó hace un año y nadie habla de sobre eso. Por desgracia ellos también entraron a esta universidad - porque era la más famosa - y utilizaba esa excusa para que no pareciera raro que me invitara a sus fiestas - porque lo hacía para ponerme celosa - .

Yo asentí, luego sonó el timbre y cada una se fue por un lado distinto, pasábamos la menor parte del día separadas y la otra juntas, ya que compartíamos apartamento.

Ya era de noche y nos estábamos preparando para ir a la fiesta de Sam.

- ¿Qué vestido me pongo? - Dijo Emily saliendo del baño. Yo le sonreí. Llevaba un vestido en cada mano, le señalé el de la derecha, era un vestido azul pegado y corto que le había quitado a Naya seguro.

Cuando llegamos a la fiesta, que era en la residencia de Sam, había un montón de universitarios, así que le pedí a Naya que me acompañara a la cocina. Un rato después se nos acercó Luke, según mis amigas, Luke no era mi estilo, y creo que llevaban razón, era alto, pelo rubio y largo, y muy delgado. A parte, a mi no me gustaba. Yo, en cambio tenía el pelo castaño, los ojos verdes y cuatro pequeños tatuajes, no era muy alta, más bien era bajita. De todas formas... No era mi tipo.

-Hola, ¿qué tal estás? - Preguntó Luke.

-Hola, bueno...un poco agobiada.

-¿Por qué si se puede saber? - me preguntó.

-Por los exámenes.

Luego nos sentamos en un banco que había en la puerta, alejado de toda la gente y de la música. Luke me cogió las manos y me miró a los ojos.

Después de unos segundos en silencio me dijo:

- ¿Quieres salir conmigo? - Preguntó.
¡No, joder! Era lo que más me temía que preguntara. Ya me había decidido, y no quería volver a confiar en otro tío y que me hiciera daño otra vez, pero no quería hacerle daño rechazándolo. Estuve un rato en silencio hasta que cerré los ojos, suspiré, y lo miré...

- Luke, tu y yo... No. Creo que deberíamos seguir como estamos.

- ¿Seguir cómo? - No respondí. Me levanté y me fui a la cocina. Donde Naya estaba esperándome. Quizá fui un poco borde ¿no?

- ¿Qué ha pasado? - Preguntó justo cuando llegué.

- Me ha pedido salir... Y yo he dicho que no.

Naya me conocía muy bien, así que me dió un abrazo y me tendió una copa.
Luego miré al frente y vi... Sam y Lilian, lo que me faltaba hoy, estaban besándose en la pared de enfrente, a unos metros de mí. Para que no se notara que me molestaba, salí hacia fuera disimuladamente.

Estaba sola, no había nadie, y vi, vi el coche que le regalé nuestro último año juntos a Sam. El Mercedes negro que le regalé por su cumpleaños. Todavía lo tenía, no lo había cambiado. Y entonces, no sé si fue el poco alcohol que bebí, que de un momento a otro... Me dirigí a él y saqué mis llaves. Empecé a rallarlo por las puertas de un extremo a otro. Luego, saqué mi pintalabios rosa oscuro y lo estampé contra el cristal, tengo que decir que lo hice por enfado y todo el mundo sabe que por enfado puedo hacer cualquier cosa.
Unos segundos después me giré y...

- ¡Joder! ¡¿Qué coño haces loca?!- Dijo Sam.
-Tranquilo, amor, la policía viene de camino - Respondió Lilian.¿Acababa de llamar Amor a Sam delante mía? ¿Había llamado a la policía? ¡Joder! Ahora sí que la había cagado, otra vez yo y mis enfados.

Años antes estuve yendo a terapia, y creo que me ayudó bastante con ese tema pero como tuve que irme a otra ciudad para estudiar dejé esas sesiones.

Naya, Emily y Luna se acercaron a mí.

- Tía, ¿qué has hecho? - Susurró Luna. Emily enrredó su brazo con el mío y Naya me sonrió. Yo seguía impactada.

Luego, se escucharon las sirenas del coche de policía y segundos después apareció un agente escribiendo sobre un papel blanco que después de hacerme unas preguntas me entregó.
- ¿Nombre? - Preguntó el policía. No me podía creer lo que estaba pasando.
- Wendy... Cooper - Después de que apuntara mi nombre me dio la multa.

Yo abrí los ojos como platos y en sincronización mis amigas se pasaron la nota y me miraron.

- ¡Seis mil! Joder tía - Gritó Luna.

Luna parecía la más inocente del grupo, pero le encantaban los deportes de defensa personal y lo mejor era no meterse con ella porque por muy bajita que fuese era capaz de mandarte al hospital. Luego Naya, me cogió del brazo y me metió en su coche. Luna y Emily nos siguieron y luego nos fuimos.

Cuando llegamos me senté en el sofá del salón y mis amigas se sentaron a mi al rededor. Más tarde, Luna comenzó a reírse. Una risa que contagió a Emily y a Naya... Y a mí.

- ¡Tía, eres mi ídola! Si mi ex estuviera en esta universidad ya se habría quedado sin coche - Dijo Emily riéndose.

- Menos mal que la residencia de Sam está fuera de la universidad, si no creo que te podrían haber echado por un tiempo - Comentó Naya.

- Y... ¿De dónde vas a sacar seis mil dólares? - Preguntó Luna. Yo le respondí encojiendo mis hombros. Ya me encargaría de eso en otro momento. Tenía tres meses para pagarla.

- ¿Hacemos noche de cine? - Dije, y mis amigas reaccionaron al instante.

- ¡Sí! - Grito Luna.

- Voy a preparar palomitas - Siguió Emily.

En cambio Naya se acercó a mi y me dió unos golpecitos en la espalda para después decirme:

- Te veo muy tranquila ¿debería preocuparme? - Me susurró. Yo le dediqué una sonrisa.

Después de terminar la película, Naya me miró fijamente, ella venía del norte, no sé de dónde exactamente, era alta, de ojos oscuros y tenía el pelo castaño, no demasiado largo.

-¿Qué? - Dije riéndome, tenía curiosidad de saber por qué me miraba así.

-¿De dónde vas a sacar seis mil dólares? - Preguntó Naya.

- Ya lo he pensado. Pondré un anuncio... Para ser niñera.

- ¿Niñera? - Dijo entre risa y risa. Yo asentí.- Necesito verte cuidando niños - Siguió riéndose.

Luego nos dimos las buenas noches y cada una se fue a su habitación.

AMOR FUERA DE JUICIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora