2 - NO HACE FALTA SABER MI NOMBRE

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~WENDY~

Cuando salí de mi habitación por la mañana, lo primero que vi fue a Luna.

Ella era bajita, venía de Londres, al igual que yo. Tenía unos ojos preciosos, de color miel, el pelo negro corto y con flequillo. Estaba sentada en el sofá cogiendo un bol de cereales con leche, y tenía un portátil blanco en su regazo.

- ¡Feliz halloween! - Dijo Luna.

Cuando entré en la cocina, Naya estaba preparando el desayuno... Como todas las mañanas.
Y es que Naya, al ser la más mayor nos cuidaba como si fuéramos sus hermanas pequeñas, a veces pienso que nos cuidaba demasiado bien, sólo nos sacaba un año. Yo era la segunda más mayor, luego iba Emily y por último Luna.

Emily, era como una modelo, tenía el pelo muy rubio, por naturaleza, tenía ojos azules, creo que demasiado delgada pero muy alta.

Luego, me senté en la mesa que había en la cocina.
- Hoy es Halloween - Anunció Emily.

- Ya me lo ha dicho Luna - Dijo Naya - De hecho es lo primero que me ha dicho en cuanto la he visto - Siguió diciendo.

- ¿Iremos a la fiesta? - Preguntó Luna entrando a la cocina. Y Naya asintió.

El día se pasó rápido. Llevábamos unos disfraces de ángeles, era sexy y no daba miedo pero no nos quedaba más remedio, si no ibas con disfraz no te dejaban entrar. La elección fue de Luna pero nos gustaba a las cuatro.
Llegamos a la discoteca donde se celebraba la fiesta...
- Vamos allí por fa - Dijo Emily señalando unos sillones a lo lejos.

-Yo iré un rato a la barra - Dije, guardando mi móvil en el bolso.

Quería olvidarme de todo, de los problemas con mis padres, de Sam, de Lilian, incluso de mi carrera.
Cuando me senté en la pequeña silla alta de la barra, pedí la copa más fuerte que hubiera. Bastante tiempo después noté cómo la mirada de un chico que se sentó a mi lado se clavaba en mí, así que decidí mirarlo.
-¿Qué tal? ¿Te gusta la copa? - Dijo ese misterioso chico.

No lo conocía de nada, no lo había visto en mi vida y yo lo podía saber muy bien porque nunca olvidaba nada. Era alto, de ojos y pelo oscuro y tenía algunos tatuajes a la vista en el brazo derecho... Bastante guapo, pero como yo siempre digo, no te puedes enamorar de alguien sin conocerlo solo porque sea atractivo. De todos modos yo comencé a hablarle.

- Y ¿tú eres? - Pregunté llevando la copa otra vez a mis labios.

- No hace falta saber mi nombre - Me respondió, y yo asentí. Si él no me lo decía, yo tampoco a él.

~ALEX~

Ahí estaba, la chica a la que estaba buscando. Ojos verdes, pelo castaño, tatuajes ocultos y un estilo sexy pero de adolescente borde. Llevaba un disfraz de ángel con sangre sobre la tela y estaba bebiendo, así que me acerqué a ella.

Cuando preguntó por mi nombre no le pude contestar, ahora mismo, no.

Después de llevarse a los labios unas cuantas veces la copa que había pedido ya estaba borracha. Empezó a parlotear y parecía interminable, después de un rato miró hacia la entrada, abrió los ojos como platos y se acercó a mí.

- Ves a aquellos dos - Dijo señalando a una pareja que acababa de entrar.

- Aquel es mi ex, que me puso los cuernos con aquella, la que se suponía que era mi mejor amiga - Luego la miré y solté una risa.

- No sé de qué te ríes, lo pasé muy mal - Dijo mirando todavía a esa pareja.

- ¿Tienes novia? - Me preguntó con rapidez. Para haber bebido tanto, se estaba controlando.

- No, ¿por qué? - Pregunté serio.

Un segundo después sus labios estaban contra los míos, mientras ella clavaba sus uñas en mi nuca y me despeinaba suavemente. Yo decidí seguirle el rollo. La agarré por la cintura para acercarla cada vez más a mí. Hasta que me di cuenta de que la estaba cagando, ella era... No, no podía hacer eso, y menos con ella. Segundos después, ella se separó de mi, y me miró fijamente, luego, volvió la mirada a su cuarta copa y se la terminó.
Después aparecieron un grupo de chicas.

- ¿Cuánto ha bebido? - Preguntó una de ellas, y yo deslicé la mirada hasta la barra donde estaban las cuatro copas vacías. Luego maldijo algo entre dientes.

- Bueno... nos vamos - Siguió diciendo mientras la chica que me dio el beso le pasaba un brazo por los hombros.

Más tarde se perdieron entre la gente y no las volví a ver en toda la noche.

AMOR FUERA DE JUICIO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora