Permíteme explicarte brevemente la división social en mi ciudad,
Es un pequeño pueblo ubicado en toda la zona costera, esta área se divide en tres comunas: Playa Alta Saavana, Saavana Daalé y Playa Baja Daalé. ¿Te suena familiar esta división? Exactamente, los nombres sólo son una fachada, una máscara qué oculta la verdad que todos conocemos, la brecha entre ricos, no tan ricos y pobres.Durante generaciones, los habitantes de Saavana Daalé y los de Playa Baja han estado en conflicto debido a las playas.
Cada comuna tiene asignada una cierta cantidad de playa y cada grupo se encarga de su mantenimiento, sin embargo Saavana Daalé ha estado contaminando las playas de Playa Baja, lo que ha exacerbado las tensiones entre ambas comunidades.
- No es por nada, pero si tiraran su mierda hacia el otro lado, todos ganaríamos. –afirma convencida, su seguridad me da a entender que estaría dispuesta a llevar este debate ante el gobierno.- ¿Por qué lo dices?-pregunto tratando de lucir inocente mientras el autobús da un giro brusco.
- Piensa sólo un poco, ¿quiénes están del otro lado protegidos por la muralla?
- Playa Alta.-confirmo, sabiendo que la respuesta es obvia.
- ¿Y quiénes tienen los recursos para limpiar?
- Playa Alta.-repito y ella asiente satisfecha con mi comprensión.
- Bueno, yo sólo digo… emm. – dice entrecerrando los ojos apuntándome con su dedo índice, asumo que quiere saber mi nombre.
- Derek.
- Derek!, deberían buscar a alguien que se haga cargo de eso.- Concluye, y algo en su tono me dice que no es una simple sugerencia, la conversación llena el espacio entre nosotros con palabras y risas.
Hablamos de la contaminación durante todo el recorrido, en parte agradezco haber negado mi comuna de residencia, nunca había escuchado a alguien hablar tan mal sobre la comunidad de playa alta, lo peor es que tiene razón en todo. Finalmente a mitad de camino supe su nombre, Emily.
Contó anécdotas sobre su trabajo, mencionó que tiene una beca en arte que está a punto de perder debido a sus exhaustivos trabajos y que vive en Amarella.
-¿Por qué no mencionaste que tienes un auto?-pregunta, con una mezcla de sorpresa y reproche.-Si te soy sincero, lo olvidé, lo tengo hace dos días-admito, y ella suelta una risa incrédula.
-Nos habríamos evitado estar parados media hora. – Dice afirmando su agarre en el curtido y oxidado barandal.
Me trago por completo mis comentarios sobre que esta es mi primera vez en un transporte público.
Apunto con mi dedo índice a mi ojo izquierdo totalmente cerrado por el puño que recibí hace unas horas, como si no fuera obvio que de igual forma no podría conducirlo.
-¡Yo sé conducir! – exclama desafiante.
-¿Cuándo sacaste la licencia?, Te ves menor que yo – digo, más para mantener la conversación que por curiosidad.
-Como te dije… Sé conducir.-Insiste, y no puedo evitar sonreír ante su respuesta.
- No tienes licencia ¿ verdad? – pregunto, y ella desvía la mirada, eso fue una confesión silenciosa.
Después de unos minutos me indica que llegamos a nuestro destino.
-Aquí pides un Uber a tu casa, puedes tomar otro bus, pero te dejaría en otra estación y probablemente te perderías.
En ese momento entendí que era el final del recorrido, ¿qué esperaba?, ¿que me dejara en la puerta de mi casa?
-Gracias por acompañarme hasta aquí – digo, sintiendo una extraña mezcla de gratitud y decepción.
-No es nada chico, ¡ten linda noche! – dice y gira sobre su eje dirigiéndose a un autobús que está estacionado a un metro de nosotros.
-¡Tu número! ¿Puedes dármelo? – las palabras brotan de mi de la nada, como si estuviera buscando una excusa para extender este peculiar encuentro.
Se gira sorprendida y con una sonrisa en los labios responde – No intentes coquetear conmigo ahora por favor.
Sus palabras me golpean como un bloque de hielo, pienso en qué debería responder que no me haga ver como un estúpido.
-Para nada, lo digo por los lentes. – Respondo finalmente, impresionado por mi capacidad de crear una respuesta en esta situación.
Casi me meo de la vergüenza pero la sonrisa que se forma en sus labios me dice que tal vez haya una próxima vez.
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SAAVANA DAALÉ
Science FictionDicen que los secretos no pueden ser enterrados en la arena porque tarde o temprano las aguas rebeldes y saladas de Saavana Daalé los saca a la superficie.