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Observo el contenido del vasto libro una y otra vez, aun así nada parece tener sentido, de los seis libros que había seleccionado minuciosamente en la biblioteca traje a casa los dos que no me sirven en lo absoluto.
Las palabras comienzan a mezclarse, convirtiéndose en un mar de letras sin sentido,
finalmente, doy un suspiro y me digo a mí mismo que esto es inútil cerrando el libro de golpe.

-¿Terminaste tu tarea? - La voz de Ben resuena desde una esquina de la sala, ha estado observándome durante las últimas tres horas como mi sombra personal, es mi “niñera temporal”.

-Ben, sabes que no tienes que hacer esto - comento sin mirarlo mientras recojo mis cosas.

-Bueno, técnicamente si lo tengo que hacer, tu madre es mi jefa. - Responde tratando de sonar divertido pero fracasa totalmente.

-No entiendo por qué te envió a cuidarme - murmuro más para mí que para él.

-No cuido de ti, cuido la casa. - Dice y puedo notar que para él, esto es incluso más incómodo que para mí.

-Como digas Ben. - Decido no llevar al hombre al límite, en comparación a los otros idiotas con los que mamá ha salido, Ben se ve decente.

-Hoy es el operativo sorpresa en Amarella, tu madre no quiso dejar nada al azar, podrían venir por ti. - Responde poniéndose serio de repente.

-¿Si viene alguien tú me mantendrás a salvo? - se me escapa una risa en el proceso, ya que si de proteger se tratase estoy seguro de que sería yo quien lo haga, el trabajo de Ben se limita únicamente a estar en la oficina y siendo sincero, dudo que este hombre de metro cincuenta pueda hacer algo por mí.
-Hay un equipo afuera, están de encubierto - Dice apartando la mirada, para ser policía pareciera no tener idea que es el primer acto reflejo de cuando alguien miente.

-¿Estás mintiendo verdad? - pregunto sabiendo que es obvio, aunque en el fondo desearía que no fuera así.
El silencio como respuesta me confirma lo que ya sabía.
-¿Sabes cocinar al menos? - Cambio el tema tratando de eliminar cualquier tensión.

- ¡Pedí mariscos! -Responde emocionado, sin saber que odio con mi vida cualquier cosa que salga del mar, algo muy absurdo, ya que nací en un pueblo costero.

-No sé qué te vio mi mamá. - Digo escaneando de pies a cabeza al hombre frente a mí.

-Yo tampoco. - Responde indefenso, si me dijeran que Ben es policía y que tiene varios reconocimientos no lo creería.

La tarde se arrastra lentamente, a pesar de que ya lo anticipaba, no podré salir de casa hasta que termine el operativo, es una rutina familiar, pero hoy por alguna razón me siento inquieto.

-Dudo que esa uña tenga mejor sabor que el salmón. - Comenta Ben interrumpiendo mis pensamientos.

-¿Has hablado con mamá? - pregunto y la preocupación se filtra en mi voz.

-No, me dio órdenes de esperar a que ella me contacte. - Responde con la boca medio llena.

-Se ha demorado más que las otras veces, ¿no crees?

-Conoces a tu mamá, estará bien. -Ben trata de tranquilizarme, aun así puedo notar que también está preocupado.

-Odio su trabajo, por qué no puede ser una mamá normal y ser, no sé, maestra o doctora.

-Los doctores también hacen cosas peligrosas.

-Los doctores no corren el riesgo de recibir una bala todos los días.

-De hecho…

-Cállate, Ben.

-¿Sabes que puedo multarte por irrespeto a la autoridad?

SAAVANA DAALÉ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora